Las asambleas constituyentes son espacios de participación ciudadana para modificar la Constitución del país. Primero hay que presentar una ley y después se hace una consulta democrática para su aprobación. Se pueden cambiar algunos contenidos de la Carta Magna o todos, como pasó con la sustitución de la Constitución de 1986 por la de 1991. Esta regula a través de normas todo lo relativo a los derechos y deberes de ciudadanos; la forma en que los impuestos se dirigen a lo público, como sucede con los recursos de la salud provenientes de los casinos Crew Colombia, y la composición de los poderes del Estado.

Ya que recientemente se ha hablado de la posibilidad de una Constituyente en el país, en este artículo te explicaremos qué es, cómo funciona y cuáles son las implicaciones en la política y sociedad colombianas.

Definición y concepto de Constituyente         

La Asamblea Nacional Constituyente está contemplada dentro de la misma Constitución del país como una figura para reformar la estructura normativa del Estado y de sus instituciones. En el artículo 374, del título XIII “De la reforma a la Constitución”, está establecido que es posible hacer una reforma por medio del Congreso, la Asamblea o un referendo. 

Para llevar a cabo la modificación, el Senado y la Cámara de Representantes tienen que aprobar una ley y convocar a una elección. Las personas podrán votar “sí” o “no” a la pertinencia de la Asamblea Nacional Constituyente.        

Historia de las constituyentes en Colombia

Es posible contar la historia de Colombia a través de sus constituyentes. Antes de la que tenemos actualmente, estaba la Constitución de 1886, proclamada durante el periodo de la Regeneración por el entonces presidente Rafael Núñez y redactada por Miguel Antonio Caro. Esta se fundamentaba sobre la idea del Estado como unidad, basado en el catolicismo como religión oficial. En varios años se le hicieron modificaciones parciales con reformas. Sin embargo, fue sustituida completamente con la Constitución de 1991.

En 1988, Virgilio Barco convocó a un proceso para reformar la Constitución de 1886, junto con la oposición del Partido Conservador, en ese momento liderada por Misael Pastrana. Poco a poco se fueron haciendo más audiencias públicas y comenzaron a participar otras organizaciones y sectores sociales.

Sin embargo, el proyecto fue obstaculizado por la intervención del Cartel de Medellín a través de algunos congresistas. Sólo después del asesinato de Luis Carlos Galán, el movimiento estudiantil consiguió concretar el proyecto de la nueva Constituyente con la Séptima Papeleta en 1990. Siete partidos políticos, incluido la Alianza Democrática M-19, participaron en su elaboración.

Proceso de convocatoria y funcionamiento de una Constituyente

En el caso de que se convocara una Asamblea Constituyente, se aplicarían las directrices que la misma Constitución de 1991 dispone para ello. El Congreso de la República es quien primero debe aprobar una ley para hacer una consulta ciudadana. Hay que dejar claros la convocatoria, el número de integrantes, los temas incluidos y las fechas de plazo.

Después, la ley debe ser firmada por el presidente Gustavo Petro y aceptada por la Corte Constitucional. Luego de esto, los ciudadanos podrán votar. Sólo si una tercera parte del censo electoral vota “sí”, la Asamblea Constituyente se aprobará. Sin embargo, Petro se ha referido últimamente a la posibilidad de hacer sólo reformas puntuales, con decretos y mecanismos similares. Mientras la Asamblea Constituyente busca crear una nueva constitución o revisar completamente la existente, con el fin de hacer una reestructuración profunda del sistema político, legal y social del país, una reforma constitucional introduce cambios puntuales y específicos a la Constitución vigente sin reemplazarla por completo. Por lo general, es propuesta y aprobada dentro de los procedimientos legislativos ya existentes.

La magnitud del cambio también hace que una Constituyente sea diferente a las reformas de leyes. Una Asamblea Constituyente puede redefinir los principios, estructuras y derechos establecidos en la Constitución. En cambio, las reformas buscan una actualización y corregir aspectos específicos de la Constitución sin alterar su estructura básica.

Impacto y consecuencias de una Constituyente

Una Constituyente podría modificar o registrar de forma específica nuevas reglamentaciones para los ciudadanos e instituciones colombianos. Si llegara a aprobarse durante el gobierno de Petro, se presume que habría un apartado dedicado a la implementación del Acuerdo de Paz de 2016.

Además, se harían nuevas consideraciones sobre la propiedad de las tierras y el conflicto por el narcotráfico. Se ha planteado la posibilidad de hacer reformas en el sistema judicial, acorde con las medidas de memoria, reparación y garantías de no repetición, expuestas en los espacios de verdad y justicia para víctimas del conflicto armado.

También habría nuevas reglamentaciones destinadas a enfrentar el cambio climático, el acceso al agua y los mínimos vitales para la población.

Debate y controversias en torno a la Constituyente

Para que la Asamblea Constituyente pudiera llevarse a cabo, el presidente Petro debería tener a favor a la mayoría del Congreso. Así que ya hay un primer obstáculo, pues, ante la propuesta, se ha encontrado con varias posiciones en contra. Además, sería necesario que más de trece millones de ciudadanos votaran “sí”. Esta cantidad sería mayor a los votantes de Petro en la segunda vuelta por la presidencia.

El argumento inicial más fuerte de Gustavo Petro para defender una Asamblea Constituyente era asegurar el proyecto político que eligieron sus votantes. No obstante, recientemente ha manifestado que no busca acudir a esta opción, sino sólo a reformas puntuales en la normativa para asegurar el cumplimiento del Acuerdo de Paz, uno de los pilares de su gobierno, que actualmente está trabajando en mesas de negociación con grupos al margen de la ley.

Varios de los críticos de Petro han manifestado que rechazan la Constituyente porque la ven como una posible vía para buscar la reelección. Sin embargo, no es la primera vez que esta posibilidad aparece en el escenario de la política nacional: el expresidente Álvaro Uribe ya había propuesto la Constituyente en 2016 para modificar lo pactado durante el proceso de paz en La Habana.