El Carnaval de Negros y Blancos de Pasto es una de las celebraciones más emblemáticas de Colombia, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Sin embargo, con el tiempo, algunas prácticas han desvirtuado su esencia. La más preocupante es el uso excesivo de talco y cal, elementos que afectan la salud de los asistentes y el medio ambiente.

Ante esta problemática, ha surgido la iniciativa Carnaval sin talco, liderada por un grupo de ciudadanos que buscan recuperar la tradición sin poner en riesgo la seguridad de los participantes. Lorena Caicedo, una de las principales impulsoras de la propuesta, enfatiza que el juego debe respetar las raíces de la festividad. «El Día de Negros se juega con cosmética negra y el Día de Blancos con espumas y maicena, no con productos nocivos», señala.

El uso de talco no solo genera alergias y problemas respiratorios, sino que también afecta la visibilidad de quienes transitan por las calles, aumentando el riesgo de accidentes. Además, se ha convertido en una excusa para el desorden y el irrespeto, alejando a muchas familias de la celebración.

A pesar de la resistencia de algunos sectores, la iniciativa ha ganado respaldo en la comunidad. «Es hora de que el Carnaval sea una fiesta incluyente y segura», afirma Caicedo. El reto ahora es lograr el compromiso de las autoridades y la ciudadanía para que esta tradición evolucione sin perder su esencia.