En su intervención ante la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas en Viena, Austria, la canciller de Colombia, Laura Sarabia, pidió que la hoja de coca sea retirada de la lista de sustancias más dañinas del mundo. Sin embargo, aclaró que esta solicitud no significa que el país deje de erradicar los cultivos ilícitos, sino que busca abrir el debate sobre un enfoque más efectivo en la política antidrogas.
Sarabia argumentó que la hoja de coca tiene usos industriales y agrícolas que podrían aprovecharse de manera legal, y que su criminalización solo ha fortalecido el narcotráfico. “La ciencia demostrará que la hoja de coca en sí misma no es perjudicial para la salud. Solo podremos arrebatársela a los narcotraficantes si aprovechamos su potencial”, afirmó.
Además, la canciller cuestionó la efectividad de los programas internacionales de lucha contra las drogas, señalando que Colombia ha aportado 416 millones de dólares a la Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Delito en la última década, sin que estos recursos hayan tenido un impacto significativo en las comunidades afectadas.
Finalmente, Sarabia enfatizó que reformar el régimen global de drogas no significa normalizar el narcotráfico, sino fortalecer las estrategias para combatirlo. Su intervención marca un paso importante en la discusión sobre nuevas alternativas en la lucha contra el narcotráfico a nivel internacional.

