Una coalición de 76 importantes fabricantes de calzado, incluidos gigantes como Nike, Adidas, Skechers, Puma y Under Armour, exigió al presidente Donald Trump que excluya al sector del calzado de los aranceles recíprocos propuestos por su administración. En una carta dirigida a la Casa Blanca, las empresas advirtieron que los nuevos gravámenes representan una “amenaza existencial” para la industria. Industria del calzado en crisis por aranceles: Nike y Adidas alzan la voz.
La carta, fechada el 29 de abril y firmada por miembros de la asociación Footwear Distributors and Retailers of America (FDRA), advierte que los aranceles elevarán los precios para los consumidores estadounidenses y provocarán cierres de empresas incapaces de absorber los costos adicionales.
Subidas de precios, pérdida de empleos y escasez de inventario
Según la FDRA, muchas marcas que producen calzado asequible para las clases media y trabajadora no pueden trasladar el aumento de costes a sus clientes sin arriesgar su viabilidad. Algunas ya han pospuesto pedidos por la incertidumbre arancelaria, y se anticipa una posible escasez de inventario en el mercado estadounidense.
Los aranceles actuales sobre el calzado infantil alcanzan hasta el 37,5%, y con las nuevas medidas podrían subir hasta un 220%, cifras que amenazan con desestabilizar a toda la cadena de suministro. Empresas como Skechers han retirado sus previsiones anuales debido a la inestabilidad en la política comercial.
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Fabricar en EE.UU. no es viable a corto plazo, dicen las marcas; Industria del calzado en crisis por aranceles: Nike y Adidas alzan la voz
Contrario a las afirmaciones de la Casa Blanca, las empresas sostienen que estos aranceles no traerán de regreso la producción de calzado a EE.UU. debido a la enorme inversión y planificación que ello requiere. Además, recalcan que la maquinaria y los materiales necesarios para fabricar calzado también están sujetos a aranceles.
Nike, por ejemplo, fabrica el 50% de sus zapatos en Vietnam, país al que Trump inicialmente impuso aranceles del 125%, aunque posteriormente aplicó una pausa de 90 días para algunos países. Sin embargo, la amenaza de nuevos impuestos persiste y genera incertidumbre en el sector.