En una región donde las raíces culturales laten con fuerza, el profesor William Obando ha logrado algo que no solo honra su carrera académica, sino que también enciende una luz de esperanza para el futuro del Barniz de Pasto, una de las artesanías más emblemáticas del sur de Colombia. Su tesis de maestría, recientemente laureada, no es simplemente un trabajo académico: es una declaración de amor a la tradición y un llamado urgente a reinventarla.

Desde su rol como educador y creativo, William identificó un problema que amenazaba con borrar siglos de historia: el Barniz de Pasto enfrenta la escasez de materias primas, el desinterés de las nuevas generaciones y una rigidez que impide su adaptación al mundo moderno. Pero él no se quedó en el diagnóstico. Propuso una metodología revolucionaria: las artesanías híbridas, que fusionan técnicas ancestrales con herramientas digitales y nuevos materiales.

Con talleres colaborativos entre artesanos y diseñadores, mapas visuales que orientan la creación de nuevos prototipos, y la apropiación responsable de tecnologías como la impresión 3D y el corte CNC, William demostró que la innovación no destruye lo tradicional, sino que puede revitalizarlo.

Su investigación no solo obtuvo el reconocimiento de ser laureada; también sembró una semilla de transformación. “No se trata de cambiar el alma del oficio, sino de darle nuevas herramientas para que no muera”, afirma con emoción.

El Diseñador Industrial William es un símbolo de cómo la academia, la pasión y la cultura pueden caminar juntas para salvar lo que somos.