Desde el pasado lunes, los arroceros del Huila, junto a cultivadores de otros departamentos, mantienen bloqueos en corredores viales como medida de presión ante la falta de acciones efectivas del Gobierno Nacional frente a la crisis que vive el sector. Aunque algunos puntos fueron parcialmente liberados, la tensión continúa, especialmente en municipios como Campoalegre, Aipe, Algeciras y Garzón.
El paro, liderado en la región por Martín Vargas, productor y vocero del gremio arrocero del Huila, ha generado retrasos en el transporte de carga, dificultades en el abastecimiento de alimentos y pérdidas económicas para diferentes sectores. “Esto no es un capricho, es una lucha por la dignidad de quienes vivimos del arroz. Producimos a pérdida, estamos asfixiados por los costos y la competencia desleal con el arroz importado”, afirmó Vargas.
Reunión
Este jueves a las 11:00 a. m. fue instalada una mesa de diálogo clave en el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, en Bogotá. Participan 22 delegados del Comité Nacional del Paro Arrocero —14 de forma presencial y 8 virtual—, así como altos funcionarios del Gobierno: ministros y viceministros de Agricultura, Comercio y Hacienda.
El ambiente es de expectativa. Voceros como Vargas han reiterado que solo levantarán el paro si hay compromisos reales y verificables, especialmente en torno a precios de sustentación, revisión de los tratados de libre comercio, freno a importaciones masivas y garantías para el sector molinero.
Autoridad
En el Huila, el paro ha movilizado a cientos de productores, quienes aseguran que este es un momento decisivo para el futuro del cultivo. “Nos cansamos de promesas que no se cumplen. Queremos respaldo institucional, créditos con tasas justas y políticas que valoren al pequeño productor”, agregó Vargas desde una concentración en Campoalegre, corazón arrocero del departamento.
Coviandina, concesionaria vial de una de las rutas afectadas, confirmó un acuerdo temporal con algunos manifestantes para permitir el paso controlado de vehículos, lo que ha sido interpretado como una señal positiva, pero aún insuficiente para declarar el fin del paro.
Resistencia
El movimiento arrocero, que ha logrado resonancia nacional, busca visibilizar las profundas desigualdades que afectan al agro colombiano. En el Huila, donde más de 10 mil familias dependen directa o indirectamente del arroz, esta protesta se ha convertido en símbolo de resistencia y reclamo por una política agrícola más equitativa.
Por ahora, el cese total de las protestas dependerá del resultado de la mesa de diálogo. La presión sigue, las vías continúan bloqueadas y los productores esperan algo más que discursos.

