El ransomware es una de las amenazas más letales para empresas y particulares. Se trata de un tipo de malware que cifra tus archivos o bloquea todo el sistema, exigiendo un rescate para devolver el acceso. Un solo clic, una contraseña débil o un software sin actualizar pueden desencadenar un ataque devastador. ¿Sabías que un grupo criminal llamado Akira logró hundir a KNP, una empresa británica de 158 años y 700 empleados? Le bastó aprovechar una contraseña simple y cifrar sus datos con ransomware. El resultado: quiebra y despidos masivos.

¿Qué es el ransomware?

El ransomware es un tipo de software malicioso diseñado para secuestrar tus archivos o sistemas mediante cifrado, y mantenerlos retenidos hasta que se pague un rescate. Existen diferentes formatos: desde los que solo bloquean archivos, hasta aquellos que destruyen datos o incluso amenazan con filtrarlos si no se paga. Las modalidades más recientes implican robo de información con amenaza de exposición pública si no se libera el rescate. La cadena de ataque sigue este curso:

Primero, el phishing y credenciales débiles. En muchos casos, como el de KNP, todo empieza con una contraseña sencilla o un correo con un adjunto malicioso.

Después llega un movimiento lateral: una vez dentro, el atacante se mueve dentro de la red para escalar privilegios y expandir el alcance del cifrado.

Y por último, el cifrado de datos. Finalmente, los datos quedan cifrados y se muestran las demandas de pago.

6 buenas prácticas para prevenir el ransomware

Ahora que basta un clic para comprometer toda una red, la prevención es la única vacuna real contra los ataques de secuestro digital. Desde hospitales paralizados hasta empresas bloqueadas por días, el ransomware no discrimina. Pero hay una buena noticia: aplicar buenas prácticas reduce drásticamente el riesgo.

1. Actualización constante: mantén al día sistemas operativos y aplicaciones. Muchos ataques aprovechan vulnerabilidades conocidas como EternalBlue, utilizada por WannaCry.

2. Autenticación fuerte (2‑FA): implementa autenticación de dos factores para todos los accesos como se hace en los casinos como requisito para poder jugar al blackjack online. Incluso una contraseña comprometida sin el segundo factor es inútil para el atacante.

3. Concienciación y simulacros de phishing: forma al personal para reconocer ataques de phishing, complementado con prueba de simulacros reales. En 2021, el 61% de las brechas se debía a credenciales filtradas, y un tercio a phishing.

4. Seguridad en endpoints y correo: antimalware, detección y respuesta en endpoint, firewalls con inspección profunda, y sistemas anti‑phishing robustos reducen drásticamente el riesgo.

5. Copias de seguridad fiables: realiza backups frecuentes, preferiblemente fuera de línea o en la nube. Guarda versiones inmutables: el ransomware moderno busca cifrar o borrar copias de respaldo también.

6. Control de descargas y dispositivos externos: evita descargar archivos de sitios desconocidos y bloquea o limita el uso de USB. Un solo USB infectado puede comprometer toda una red.

Ejemplos de sectores protegidos

En el caso del casino, que manejan datos financieros y personales, aplican cifrado de discos completos, acceso segregado y monitorización continua. Realizan pruebas de penetración e implantan EDR para detectar comportamiento sospechoso y detener el ransomware antes del cifrado.

Por su parte, los hospitales almacenan datos críticos en sistemas aislados (air‑gapped) y respaldos inmutables, garantizando que pueden restaurar sin negociar con atacantes. Además, cumplen regulaciones como GDPR o HIPAA mediante registros de acceso detallados.

Y en el caso de las pymes, aunque tienen menos recursos, muchas optan por seguros contra ciberriesgos. Estos exigen implementar formación, evaluar riesgos y aplicar firewalls básicos, copias regulares y 2‑FA. A cambio, reciben soporte profesional durante incidentes.

¿Qué hacer ante un ataque?

  1. Reacción inmediata: no apagues los ordenadores, haz aislamiento en red desconectando cables, pero preserva los sistemas activos para peritos.
  2. Consulta a la policía o ciberbrigadas antes que al proveedor, para preservar pruebas.
  3. Identificación del malware y eliminación: realiza análisis forense y limpia los puntos contaminados.
  4. Restauración desde backups: recupera sistemas sin pagar rescate.
  5. ¿Pagar o no el rescate? Aunque a veces se considere, la recomendación general es no pagar; además de incentivar el delito, no garantiza que los atacantes liberen los datos.

El ransomware representa una amenaza real, incluso para empresas centenarias. Un fallo tan básico como una contraseña débil puede desencadenar la quiebra. La defensa efectiva es multidimensional: formación continua, actualizaciones, autenticación fuerte, seguridad tecnológica y copias de respaldo rigurosas.