El barrio Las Cuadras atraviesa uno de los momentos más difíciles de los últimos años. Lo que antes era una comunidad tranquila, hoy vive bajo la sombra del miedo por una ola de robos y actos vandálicos que no solo afectan los bienes materiales, sino que también han arrebatado la sensación de paz entre sus habitantes.
Los vecinos aseguran que la delincuencia no tiene límites: se han perdido lámparas, plantas ornamentales e incluso mascotas, dejando un profundo dolor en las familias. “Hemos registrado numerosos casos en los que delincuentes se han llevado desde nuestras plantas decorativas hasta los perros de los vecinos”, denunció con preocupación Yamileth Pinza, líder del sector.
Las cámaras de seguridad instaladas en diferentes puntos del barrio son el testigo más contundente de esta realidad. Las imágenes muestran a personas actuando con total impunidad, en plena luz del día, llevándose lo que encuentran a su paso. Para la comunidad, estas grabaciones son una prueba del vacío de autoridad que sienten en su entorno.
“A pesar de tener las pruebas, el problema persiste y la inseguridad aumenta. Vivimos con miedo, porque no sabemos qué será lo próximo que se roben o a quién le tocará ser víctima”, expresó Pinza. La frustración es compartida: las familias reclaman mayor presencia policial y acciones concretas que detengan la ola de delitos. Frente a esta crisis, los habitantes de Las Cuadras han decidido no quedarse de brazos cruzados. Grupos de vecinos se están organizando para implementar rondas comunitarias, fortaleciendo la comunicación interna y presionando a las autoridades para que actúen con urgencia.
