Desde hace varias campañas políticas hemos visto con profunda preocupación como la guerra sucia sigue ganando espacio en las redes sociales. Predominan allí, las difamaciones, calumnias e insultos contra los candidatos, lo que convierte a estos espacios en una verdadera letrina, receptora de toda clase de inmundicias, lo que también se constituye en una afrenta contra nuestra Democracia.
En efecto, es aberrante, que en aras de la política y de algo tan sagrado, como lo son nuestros procesos electorales, se tome a quienes aspiran a ser elegidos como ‘carne de cañón’ y se les endilgue para que sean vistos por millones de persones, las acusaciones más denigrantes, en las que se coloca en entredicho su honra y las de sus familiares, como si se tratara de vulgares delincuentes.
Entonces nos parece vergonzoso, el que, por el hecho de querer ser candidato al Congreso o la Presidencia de la República, aspiración honrosa y, que a, cualquiera lo llena de orgullo, el candidato o candidata, se vea expuesto al escarnio público, por las acciones malévolas de sus contradictores políticos.
Nos referimos a una situación que ya hace rato pasó de castaño a oscuro y de ahí que consideremos pertinente la alianza interinstitucional que acaban de formalizar la Registraduría Nacional del Estado Civil, la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC), la Misión de Observación Electoral (MOE) y la plataforma digital Colombiacheck, precisamente, para combatir esas practicas de injurias y desinformación, para darle paso a unos mensajes respetuosos y de concordia.
Nos alegra saber que las autoridades electorales se han dado cuenta de la gravedad de un problema que va en aumento a medida que se acercan las fechas de las elecciones y, le estén saliendo al paso a estas guerras sucias, que no tienen razón de ser.
Muy bien dice el Registrador Nacional del Estado Civil, Hernán Penagos Giraldo, al expresar que como autoridades electorales, el objetivo es enfrentar las noticias falsas y la desinformación, lo que en un momento dado puede provocar graves problemas democráticos.
Nuestra convocatoria como lo expresa el registrador es moderar el lenguaje en el debate público, al señalar que hay que ser fuerte con las ideas, pero suave con las personas y de allí, la perentoria necesidad de bajarle el tono a las discusiones políticas, especialmente en las redes sociales, puesto que el odio no puede tener la última palabra.
Ese odio, al que hace referencia, el funcionario electoral, es el que, debemos evitar a toda costa, puesto que las campañas que estamos viviendo con intensidad en los actuales momentos, de cara a las elecciones al Congreso del 8 de marzo de 2026 y los comicios presidenciales del 31 de mayo del mismo año, son un proceso democrático y, bajo ningún punto de vista se les debe quitar altura, rebajándolas a una contienda de los bajos fondos, a lo que están contribuyendo las redes sociales con sus falsos mensajes e insultos de barriada.
Precisamente, hace algunas semanas, debido al tono agresivo que se estaba utilizando en el ámbito de la política, se llamó a “desarmar la palabra”, una convocatoria que hoy cae como “anillo al dedo, para evitar que las redes sociales sigan destilando veneno, en detrimento de las campañas políticas, al Senado, la Cámara de Representantes y la Presidencia de la República, que hoy se viven con gran intensidad en nuestro departamento de Nariño.

