El ganado vacuno se ha consolidado como uno de los sectores productivos más importantes en el municipio de Pasto y en gran parte del departamento de Nariño. La tradición ganadera de la región ha permitido que cientos de familias campesinas encuentren en la producción de leche y carne una fuente de sustento y un motor para la economía local.

Gracias a las condiciones climáticas de la zona andina y a la fertilidad de sus suelos, Pasto cuenta con pasturas que favorecen la cría y levante de bovinos. La producción láctea, en particular, abastece tanto a la capital nariñense como a municipios vecinos, convirtiéndose en una de las principales fuentes de ingreso rural.

“El ganado vacuno en Pasto no solo significa alimento, sino también empleo y tradición. Para muchas familias, es la base de su vida campesina”, comentan representantes del sector.

El sistema de producción se caracteriza por ser mayoritariamente de tipo doble propósito, donde los animales son criados tanto para la obtención de leche como para carne. Además, asociaciones de ganaderos de la región han trabajado en mejorar las prácticas zootécnicas, incorporando tecnologías en sanidad, nutrición y manejo de praderas.

A pesar de su importancia, la ganadería enfrenta desafíos relacionados con el cambio climático, los costos de producción y la necesidad de apoyo institucional para fortalecer la comercialización. Sin embargo, el compromiso de los productores y el potencial natural de Pasto siguen posicionando a la región como un referente en el sur del país.

El ganado vacuno, más allá de su aporte económico, representa una herencia cultural para Nariño. Su crianza sigue siendo símbolo de identidad y resiliencia, en un territorio donde el campo continúa marcando el pulso de la vida cotidiana.