La tensión en el Cañón del Micay, Cauca, vivió un nuevo capítulo este lunes con la liberación de 45 militares que habían sido secuestrados por la comunidad del corregimiento de San Juan del Micay, municipio de El Tambo. Los uniformados fueron retenidos el domingo 7 de septiembre durante una asonada en la vereda Los Tigres, cuando cerca de 600 personas, presuntamente presionadas por las disidencias de las FARC, rodearon a las tropas.
El Ejército Nacional explicó que la retención se produjo en el marco de la “Operación Perseo II” y denunció que la acción buscaba impedir los operativos contra el narcotráfico y la minería ilegal. Aunque los soldados fueron liberados, el presidente Gustavo Petro advirtió que aún hay siete uniformados retenidos y pidió su entrega inmediata.
Audios revelados en medios muestran cómo los grupos armados habrían obligado a la comunidad a participar, bajo amenazas de multas millonarias, exponiendo a civiles y militares en medio de la confrontación. Indepaz calificó lo ocurrido como una grave violación al derecho internacional humanitario.
Un soldado que estuvo secuestrado relató sentirse “humillado y desmotivado” por la situación, afirmando que la justicia es “dura con los militares, pero laxa con los bandidos”. El uniformado aseguró que él y sus compañeros lograron resistir psicológicamente la presión, aunque advirtió del riesgo de que en medio de estas circunstancias se produzcan enfrentamientos con civiles.
El Gobierno y las Fuerzas Militares insisten en que continuarán los operativos en la región para garantizar la seguridad y el control territorial, en una zona históricamente marcada por el conflicto, el narcotráfico y la violencia contra la fuerza pública.
