La tensión diplomática entre Estados Unidos y Venezuela aumentó el 15 de octubre de 2025. Ese día, el presidente Donald Trump anunció que contempla una incursión terrestre en Venezuela para enfrentar a los carteles y reforzar su estrategia contra el narcotráfico. Durante un evento en la Casa Blanca, Trump declaró: “Ahora estamos mirando hacia el terreno, porque controlamos muy bien el mar”.
Este anuncio se suma a la autorización que el gobierno estadounidense otorgó a la CIA para realizar operaciones encubiertas dentro del territorio venezolano. Esta decisión marca un cambio profundo en la política exterior de Estados Unidos hacia el régimen de Nicolás Maduro. Además, dos aviones bombarderos volaron cerca del espacio aéreo venezolano, lo que alimentó la expectativa de una intervención militar.
El presidente colombiano Gustavo Petro reaccionó con preocupación desde Puerto Asís, en el departamento del Putumayo. Durante un acto oficial, en el que se destruyeron 14 toneladas de material de guerra incautado a grupos ilegales, Petro criticó abiertamente la intención de Estados Unidos. Aclaró que no apoya el gobierno de Maduro, pero rechazó cualquier intento de invasión sin el respaldo de Naciones Unidas.
“Si caen misiles, como se anunció desde Washington, o se inician operaciones violentas de la CIA, eso viola la resolución que Colombia impulsó ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU”, advirtió. Añadió que una intervención militar convertiría el asunto en un problema directo para Colombia.
Petro también recordó que algunos oficiales del régimen venezolano mencionados por EE. UU. tienen órdenes de extradición. Señaló que el país debe enfocarse en resolver ese tema, y no en respaldar acciones armadas extranjeras. Reiteró que su prioridad es mantener la paz en el territorio colombiano.
Aunque el presidente colombiano no reconoce a Maduro como jefe de Estado legítimo, ha mantenido relaciones diplomáticas y comerciales con el vecino país. Frente a la posible intervención, Petro fortaleció la zona binacional con el objetivo de combatir el narcotráfico, pero sin ceder soberanía a potencias extranjeras.
