En un clima de creciente inseguridad, 13 guardianes del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) en Barranquilla han denunciado ser víctimas de constantes amenazas de muerte por parte de bandas criminales. A pesar de la reciente tregua entre grupos delincuenciales en el Atlántico, los funcionarios aseguran que la situación no ha mejorado. Por el contrario, afirman estar “marcados” para morir y sentirse completamente desprotegidos por parte del Estado.

Las amenazas, que según los denunciantes provienen principalmente desde las cárceles La Modelo y El Bosque, han generado un ambiente de temor entre los trabajadores del Inpec. Estos mensajes intimidatorios han sido reportados a las autoridades competentes, incluyendo el sindicato y la dirección regional, sin obtener una respuesta concreta hasta la fecha.

Los guardianes insisten en que no existe presencia efectiva ni de la Policía Nacional ni del Ejército Nacional, lo cual incumple el protocolo de los tres anillos de seguridad que deberían proteger las instalaciones carcelarias. El guardián Hernando Vitola, vocero del grupo, denunció que el Estado ha delegado la responsabilidad de protección en la “autoprotección” de cada funcionario, una medida claramente insuficiente frente a las amenazas armadas que enfrentan.

Además, los funcionarios del Inpec señalan que muchas de las críticas que reciben por la falta de control en los penales están directamente relacionadas con la ausencia de apoyo estatal y el abandono institucional. La falta de vigilancia adecuada ha fortalecido la percepción de poder entre los criminales, permitiéndoles actuar con libertad y sin consecuencias.

Hasta el momento, ni el Ministerio de Defensa ni las autoridades regionales del Inpec en Barranquilla han emitido un pronunciamiento oficial frente a estas graves denuncias.

Los guardianes exigen acciones urgentes y concretas. No quieren más comunicados, piden protección real para poder cumplir su labor sin temor por su vida o la de sus familias.