Tomar un medicamento a la hora incorrecta puede reducir su eficacia o causar efectos secundarios. Los médicos recomiendan seguir con precisión las indicaciones horarias de cada tratamiento.
La cronoterapia, una rama de la medicina que estudia cómo el ritmo biológico del cuerpo influye en la acción de los fármacos, ha cobrado cada vez más relevancia. Según especialistas en farmacología, el organismo no reacciona igual a las 8 de la mañana que a las 8 de la noche, y esta diferencia puede determinar la efectividad de un tratamiento.
Los expertos señalan que, por ejemplo, los medicamentos para la presión arterial suelen funcionar mejor en horas nocturnas, mientras que los antibióticos o antidepresivos deben administrarse en horarios específicos para evitar interacciones o pérdida de efecto.
“Cada medicamento tiene su momento ideal según la forma en que el cuerpo lo absorbe, distribuye y elimina”, explicó un investigador consultado. Agregar que saltarse una dosis o tomarla en un horario inadecuado puede alterar los resultados del tratamiento.
Además, el artículo destaca que factores como la alimentación, el sueño y la rutina diaria también influyen en la respuesta del cuerpo. Por eso, los profesionales recomiendan consultar siempre con el médico tratante antes de ajustar la hora de consumo de cualquier medicamento.
La investigación concluye que respetar los horarios no es un detalle menor: puede marcar la diferencia entre un tratamiento efectivo y uno ineficaz.