El tablero político del Huila se mueve, y esta vez el protagonista es Jaime Felipe Lozada, uno de los rostros más visibles del Partido Conservador, quien decidió dar un giro inesperado en su carrera. A través de su cuenta de X (antes Twitter), el excongresista anunció su aspiración a la Cámara de Representantes por el Centro Democrático, partido del expresidente Álvaro Uribe Vélez.

“Hoy me he preinscrito como aspirante al Congreso de la República en el periodo 2026-2029 por el partido Centro Democrático”, publicó Lozada, agregando que su objetivo será fortalecer la colectividad y defender temas como el orden, la autoridad, la seguridad y la lucha contra la corrupción.

El anuncio cayó como un baldado de agua fría dentro del conservatismo huilense. Muchos esperaban que Lozada siguiera los pasos de su padre, el exgobernador Jaime Lozada, y que incluso aspirara a la Gobernación del Huila en las próximas elecciones. Sin embargo, su decisión revela una estrategia más calculada: rearmar su base política desde el Congreso con una nueva bandera partidista.

Su paso al uribismo no solo reconfigura el mapa de alianzas locales, sino que abre fisuras dentro del conservatismo, que hoy enfrenta una crisis de liderazgo y cohesión interna. En contraste, el Centro Democrático celebra la llegada de un nombre con experiencia, capital político y arrastre electoral en el sur del departamento.

El movimiento de Lozada no es menor: simboliza el desgaste de los viejos partidos tradicionales y el intento de las figuras regionales por reposicionarse ante una ciudadanía cada vez más desconfiada de las estructuras políticas tradicionales.

El Huila, una vez más, se convierte en escenario de reacomodos que anticipan una contienda electoral intensa, donde los colores ya no importan tanto como las estrategias.