La industria textil de Bangladesh, una de las más grandes del mundo, está experimentando una transformación sin precedentes con la implementación masiva de energía solar en sus plantas de producción. Grandes marcas internacionales de moda están financiando la instalación de paneles solares en los techos de las fábricas, con el objetivo de reducir las emisiones de carbono y avanzar hacia una producción más sostenible.

Este movimiento se produce en medio de una creciente presión global por parte de consumidores y organismos ambientales, que exigen prácticas más limpias y responsables dentro del sector de la moda. Actualmente, más de un centenar de fábricas en Bangladesh ya operan con sistemas de energía renovable, convirtiendo al país en un modelo de sostenibilidad en la industria de la confección.

El proyecto está siendo impulsado en colaboración con marcas reconocidas como H&M, Zara, Uniqlo y Levi’s, que buscan garantizar que sus cadenas de suministro sean más ecológicas. Además de reducir su huella ambiental, la transición energética permite a las fábricas ahorrar costos a largo plazo y mejorar las condiciones laborales al garantizar un entorno más seguro y moderno.

De acuerdo con la Asociación de Fabricantes y Exportadores de Ropa de Bangladesh, el país cuenta actualmente con más de 200 fábricas certificadas como sostenibles, una cifra récord a nivel mundial. Se espera que, con la expansión de la energía solar, Bangladesh logre reducir en más del 30 % sus emisiones de CO₂ procedentes del sector textil antes del año 2030.

Los expertos destacan que este avance no solo beneficia al medio ambiente, sino que también fortalece la competitividad del país frente a otros productores globales. Las marcas que apuestan por energías limpias ganan prestigio entre los consumidores conscientes, que cada vez valoran más la transparencia y la responsabilidad social en las etiquetas que compran.

El impulso solar en Bangladesh marca un nuevo capítulo en la historia de la moda sostenible. Lo que antes era un desafío económico y técnico se está convirtiendo ahora en una tendencia irreversible: la unión entre innovación energética y diseño ético para construir un futuro más verde en la industria textil global.