El proyecto de presupuesto para la vigencia 2026 ya está sobre la mesa. La Alcaldía de Neiva propone una inversión superior a los 20 mil millones de pesos en programas sociales, educación, infraestructura y seguridad. Sin embargo, más allá de las cifras, el debate político se centra en cómo se distribuirán estos recursos y si realmente responderán a las necesidades urgentes de la ciudad.
El presidente del Concejo, Juan Carlos Parada, dejó claro que la corporación no aprobará un presupuesto “a puerta cerrada”. Según él, la administración debe sustentar con detalle cada rubro, evitar improvisaciones y garantizar que los recursos se ejecuten con transparencia. “Neiva necesita claridad, planeación y compromiso social. No podemos seguir repitiendo los errores financieros de años anteriores”, sostuvo Parada.
Riesgo de desequilibrio fiscal
Entre los concejales existe preocupación por el alto porcentaje destinado a funcionamiento y pago de deuda, frente a la limitada asignación para inversión social. Algunos sectores advierten que la administración podría estar priorizando la sostenibilidad institucional sobre la atención de problemáticas estructurales como el desempleo, la inseguridad y la movilidad urbana.
“Si seguimos inflando la burocracia y reduciendo el gasto en obras, Neiva se estancará”, señaló un cabildante opositor, quien pidió revisar las transferencias a los fondos de educación y cultura. La Comisión de Presupuesto deberá analizar también los proyectos de infraestructura vial y el mantenimiento de espacios públicos, rubros donde históricamente se presentan bajos niveles de ejecución.
Parada insistió en que este no puede ser un trámite mecánico ni político, sino una oportunidad para ajustar las prioridades de gobierno y recuperar la confianza ciudadana en el manejo de los dineros públicos. “Aprobamos un presupuesto responsable o condenamos a Neiva a otro año de ineficiencia”, advirtió.
El presidente del Concejo anunció que las sesiones de discusión serán abiertas y transmitidas públicamente, con la participación de líderes comunales y gremiales. “La comunidad debe conocer cómo se gasta su dinero. No se trata de números, sino de calidad de vida”, concluyó.
El futuro fiscal de Neiva 2026 está en juego. Lo que se decida en noviembre marcará la ruta de inversión del próximo año y pondrá a prueba la verdadera independencia del Concejo frente al poder ejecutivo.
