En América Latina vuelve a sonar la alarma sanitaria: enfermedades que se creían controladas, como la tos ferina, la fiebre amarilla y el sarampión, están registrando un repunte preocupante.

Los expertos lo atribuyen principalmente a la caída en la cobertura de vacunación, un fenómeno que se ha visto agudizado por la desinformación sobre las vacunas y las interrupciones en los programas de inmunización. Durante la pandemia muchos esquemas de vacunación se ralentizaron, lo que dejó a amplios sectores de la población vulnerables nuevamente.

En el caso del sarampión, contagios recientes han sido especialmente intensos en algunos países del norte de América Latina, lo que evidencia el impacto de teorías erróneas sobre la seguridad vacunal que aún persisten. Al mismo tiempo, para la tos ferina se observa una pérdida de inmunización en poblaciones adultas y migrantes, y no solo en niños.

Por su parte, la fiebre amarilla ha mostrado brotes en zonas donde antes era poco frecuente, lo que ha obligado a activar protocolos de vigilancia y respuesta rápida. Las autoridades sanitarias advierten que un solo caso puede desencadenar una crisis si no se toman medidas oportunas.

Los expertos coinciden en que la solución pasa por reforzar con urgencia los programas de vacunación, mejorar la comunicación pública sobre los beneficios de las vacunas y garantizar que estén disponibles de forma equitativa en toda la región. De lo contrario, advierten, existe un serio riesgo de que estas enfermedades prevenibles vuelvan a asentarse con fuerza.