Nos llama la atención la información que acaba de suministrar el Registrador Nacional del Estado Civil, Hernán Penagos Giraldo, en torno a un desmesurado aumento en el número de inscripción de cédulas para las próximas elecciones al Congreso y a la Presidencia de la República, situación que se presenta en varias regiones del país.

Lo que preocupa a nuestras autoridades electorales es que, en ciertas regiones de la geografía nacional, se han disparado las inscripciones hasta más de un 80%, lo que no es lógico ni cuadra para los antecedentes históricos de esos municipios en lo que tiene que ver con este proceso.

Muy bien sabemos que, en contabilidad, cuando las cuentas no cuadran es porque algo anda mal y en ese sentido, por experiencias de pasados comicios sabemos bien que este proceso de inscripción de cédulas, es susceptible a toda clase de manipulaciones en detrimento de la Democracia.

En efecto en la ya larga historia de nuestros procesos electorales, conocemos que desde siempre, se ha hecho de todo con las inscripciones de cédulas y en ese sentido, algunas veces los “muerticos” votaban, no solo una, sino varias vece u otras, las cédulas se inscribían en otras partes, dando lugar al famoso delito electoral de trashumancia electoral, conocido de manera popular, como “trasteo de votos”.

Por ello, es más que pertinente que el doctor Penagos Giraldo, haya compartido esa inquietud con el Procurador General de la Nación, Gregorio Eljach Pacheco, quien de inmediato anunció la puesta en marcha de un operativo de vigilancia especial en las inscripciones de cédulas que en estos instantes se llevan a cabo en Colombia. Nos parece una actitud acertada, puesto que nada mejor que empezar a garantizar la transparencia electoral desde el principio con la puesta en marcha de medidas de control, que le salgan al paso a las trapisondas, que siempre tratan de imponer los enemigos de la pureza electoral.

No es para menos, este control, puesto que se han detectado porcentajes inusualmente altos en varios municipios, siendo los casos más representativos, hasta el momento,  los que se registran en los municipios de Puerto Gaitán, en el departamento del Meta con un porcentaje del 80,64% y La Jagua del Pilar en La Guajira, con un 44,37%.

Por lo tanto, debemos tener muy en cuenta que tenemos al frente dos transcendentales procesos democráticos, los cuales definirán el futuro inmediato de nuestro país en materia política, como lo son, las elecciones al Congreso, Senado y Cámara de Representantes y los comicios a la Presidencia de la República, en desarrollo de los cuales la transparencia debe ser el común denominador. 

Ello debe obligar a la Comisión Nacional de Control Electoral de la Procuraduría General de la Nación a no escatimar esfuerzos, en la supervisión de estos procesos de inscripción que estarán abiertos, hasta el 8 de enero de 2026, en el caso del Congreso y hasta el 31 de marzo en lo que corresponde a la Presidencia de la República, por lo que podríamos decir que todavía hay mucha tela de donde cortar en torno a las inscripciones de cédulas.

Lo cierto es mucho lo que está en juego para los colombianos en las dos elecciones del próximo año y, de ahí que las autoridades electorales, así como los entes de control, deben estar listos para detectar cualquier posible irregularidad en un episodio tan importante, como lo es, las inscripciones de cédulas, pues bien, se dice, que cuando el río suena, piedras lleva….