El país prepara una conferencia internacional para eliminar gradualmente los combustibles fósiles — una apuesta ambiciosa frente a la crisis climática.
Colombia anunció que en abril de 2026 será sede de la “Primera Conferencia Internacional para la Eliminación Progresiva de los Combustibles Fósiles”, como parte de sus compromisos de cara a la COP30.
El objetivo es consolidar una transición energética justa y ecológica, reducir la dependencia de petróleo y carbón, y articular medidas de conservación de la biodiversidad, especialmente en ecosistemas vulnerables como la Amazonía.
Según recientes reportes del sector ambiental, Colombia registra avances: se han incrementado inversiones en energías limpias, ordenamientos territoriales, protección del agua y protección del ambiente — aunque persisten retos, como la protección efectiva de bosques y el control de deforestación.
Este giro representa un esfuerzo por conciliar desarrollo, justicia social y conservación. Si el plan se consolida, el país podría posicionarse como referente regional en sostenibilidad — aunque el desafío de equilibrar economía, ambiente y equidad será enorme.
