Elon Musk volvió a encender el debate internacional con una advertencia que, según él, ya comienza a reflejarse en distintas regiones del mundo. El empresario asegura que el planeta se aproxima a un escenario crítico debido al rápido incremento del consumo eléctrico, impulsado por el desarrollo acelerado de la inteligencia artificial y la expansión masiva de los vehículos eléctricos.
Figura central en la industria tecnológica y energética, Musk volvió a utilizar su influencia durante la conferencia Bosch Connected World, donde afirmó que la infraestructura global está quedando rezagada frente a la velocidad con la que avanzan las nuevas tecnologías. Para el magnate, la demanda energética crece a un ritmo tan acelerado que podría derivar en una “crisis mundial sin precedentes”.
Una demanda que avanza más rápido que la infraestructura
Musk sostiene que el auge de la IA —cuya capacidad, asegura, se multiplica cada seis meses— y la transición hacia la movilidad eléctrica están presionando al límite los sistemas de generación y distribución de energía. El aumento del consumo sería tan drástico que diversas señales ya estarían apuntando a tensiones en la red energética global.
“Estamos al borde de una gran crisis energética mundial”, advirtió, subrayando que jamás había visto una tecnología evolucionar tan rápidamente como la inteligencia artificial. Como ejemplo del crecimiento acelerado, mencionó que en China las ventas de vehículos eléctricos aumentaron un 40% en 2024, un indicador del ritmo vertiginoso que está adoptando la industria automotriz.
Las medidas que Musk considera urgentes
Para evitar un colapso energético, Musk insiste en que gobiernos y empresas deben actuar de inmediato. Entre las acciones prioritarias destaca la necesidad de aumentar la producción de transformadores eléctricos, elemento clave para asegurar una distribución estable de la energía y evitar cuellos de botella en la red.
Asimismo, el empresario subraya la importancia de intensificar la inversión en energías renovables, especialmente solar y eólica, con el fin de reducir la dependencia de fuentes no sostenibles y acompañar la creciente demanda derivada de la revolución tecnológica.
Musk también aboga por acelerar el desarrollo de sistemas avanzados de almacenamiento de energía y soluciones que mejoren la eficiencia de la red eléctrica, indispensables —según afirma— para integrar de forma efectiva las energías intermitentes y garantizar un suministro fiable.
A su juicio, no se trata de generar alarma, sino de anticiparse: solo mediante una estrategia global coordinada será posible modernizar la infraestructura y evitar que la transformación tecnológica termine superando la capacidad energética del planeta.
