Un doctor en Tennessee estaba en una fiesta de Halloween, disfrazado del Joker, cuando recibió una llamada urgente del hospital. No tuvo tiempo de cambiarse, salió directo al quirófano con el maquillaje, el traje y la sonrisa siniestra del personaje.Pero lo inesperado es que a la familia le encantó. Cuando lo vieron llegar así, en plena emergencia, les pareció tan surreal y único que le pidieron que no se quitara el disfraz. Y él siguió trabajando tal cual, convirtiendo el nacimiento del bebé en una de esas historias que se cuentan toda la vida.

