El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, reveló este miércoles (03.12.2025) que solicitó cooperación directa a su par estadounidense, Donald Trump, para enfrentar el avance del crimen organizado en el país, impulsado por la creciente influencia de poderosas facciones como el Primero Comando da Capital (PCC) y el Comando Vermelho.
Durante una entrevista con la cadena Verdes Mares, Lula informó que sostuvo una conversación telefónica de 40 minutos con Trump el día anterior. En la llamada, el mandatario brasileño defendió la necesidad de fortalecer el intercambio de inteligencia con países vecinos y también con Estados Unidos, evitando —aclaró— el uso de acciones militares.
“Por ejemplo, el mayor contrabandista de combustible de Brasil vive en Miami”, señaló Lula. “Si queremos combatir el narcotráfico, debemos empezar por arrestar a los brasileños que operan desde allá”. El presidente insistió en que el enfrentamiento a las organizaciones criminales debe hacerse con estrategia y cooperación internacional. “Le dije a Trump: no necesitamos usar armas, necesitamos usar inteligencia”.
Las palabras del líder brasileño contrastan con el enfoque de Trump, quien en los últimos meses ha intensificado ataques aéreos contra embarcaciones de narcotráfico en aguas del Caribe y el Pacífico, y ha advertido que considerará acciones militares contra países que, a su juicio, faciliten el tráfico de drogas hacia Estados Unidos.
Bandas brasileñas con alcance multinacional
El gobierno brasileño reconoce que el crimen organizado vive una etapa de expansión sin precedentes. Grupos como el PCC y el Comando Vermelho han ampliado su influencia más allá de las fronteras del país, diversificando sus actividades criminales e incursionando en sectores legales de la economía, lo que representa un desafío creciente para las autoridades.
Agenda comercial también en discusión
La conversación entre ambos mandatarios incluyó además la situación comercial bilateral. Brasil y Estados Unidos mantienen negociaciones sobre los aranceles del 40 % impuestos por Washington a algunas importaciones brasileñas, tema que continúa siendo una fuente de tensión económica entre las dos naciones.
