Hoy, 9 de diciembre, se instaló oficialmente la mesa de negociación para definir el salario mínimo de 2026.

El salario mínimo vigente en 2025 es de COP $1.423.500.

Propuestas y escenarios

Una postura moderada — promovida por algunos gremios — propone un aumento del 6‑7 %, con lo cual el salario pasaría a aproximadamente COP $1.523.000 – $1.530.000 para 2026.

Un escenario intermedio‑ambiguo podría implicar un alza de 8‑9 %, lo que llevaría el salario a cerca de COP $1.550.000.

Por su parte, el Gobierno y ciertas organizaciones sindicales plantean un incremento más ambicioso, cercano al 11 % o más, lo que elevaría el mínimo mensual alrededor de COP $1.580.000 (sin contar auxilio de transporte).

Tensiones y riesgos del debate

Los gremios empresariales advierten que un aumento demasiado alto podría generar presiones inflacionarias, encarecer la contratación y aumentar la informalidad.

Por otro lado, sectores sindicales y del Gobierno defienden la necesidad de ajustar el salario por encima de la inflación para mejorar el poder adquisitivo y reducir desigualdades.

Si se aprueba un aumento por encima del promedio histórico — y debido a factores macroeconómicos — hay riesgo de que la inflación anual para 2026 se mantenga elevada, lo que podría erosionar las ganancias reales del ajuste.

Lo que está en juego

Cerca de 3 millones de trabajadores en Colombia dependen del salario mínimo, por lo que el ajuste impacta directamente en sus ingresos.

No solo importa el salario base: también se discute la actualización del auxilio de transporte, lo cual modifica el ingreso total para muchos hogares.

Además del ingreso mensual, el ajuste afecta decisiones empresariales — contratación, costos laborales, precios — y puede influir en las dinámicas económicas del país: consumo, empleo, inflación.