El mundo de la música tropical amaneció de luto tras conocerse la muerte de Rafael Ithier, fundador, pianista y director de El Gran Combo de Puerto Rico. Tenía 98 años y hasta sus últimos días fue considerado un símbolo viviente de la salsa, un maestro cuya disciplina, estilo y visión transformaron para siempre el panorama musical latino.
Un pionero de la salsa moderna
Ithier creó El Gran Combo en 1962 junto a un grupo de músicos puertorriqueños que buscaban darle una identidad propia al sonido caribeño. Lo que empezó como un proyecto modesto se convirtió en una institución musical conocida mundialmente como “La Universidad de la Salsa”, gracias a su talento para liderar, arreglar y mantener una orquesta impecable por más de seis décadas.
Bajo su dirección, El Gran Combo grabó más de 70 discos y dejó éxitos inolvidables como “A mí me gusta mi pueblo”, “Y no hago más na’”, “Falsaría”, “Ojos chinos” y “Me liberé”. Ithier siempre fue descrito como un perfeccionista: exigía puntualidad, elegancia y excelencia en cada presentación, características que se convirtieron en sello de la agrupación.
Reacciones del mundo artístico
La noticia generó una ola de mensajes de despedida y homenajes en redes sociales. Músicos, cantantes y productores resaltaron su aporte a la cultura caribeña y la manera en que su obra influyó en todas las generaciones de salseros. Para muchos, Ithier fue no solo un director, sino un maestro de vida que enseñó a valorar la disciplina y el compromiso artístico.
Un legado que trasciende generaciones
Aunque llevaba varios años alejado de los escenarios debido a su avanzada edad, Ithier seguía siendo una figura clave dentro de El Gran Combo. Su manera de entender la música, su sentido del humor y su firme defensa de la identidad puertorriqueña quedan marcados en cada canción de la orquesta y en cada músico que pasó por sus filas.
