En Colombia, acceder a la educación superior continúa siendo un privilegio concentrado en los grandes centros urbanos. Más de la mitad de los estudiantes, programas e instituciones están ubicados en cabeceras departamentales, lo que deja vastas regiones del país al margen de las oportunidades académicas.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Calidad de Vida del DANE (2024), solo el 36% de los jóvenes entre 17 y 21 años cursa educación superior. La brecha territorial es evidente: en las ciudades capitales la cobertura alcanza el 42,6%, mientras que en las zonas rurales apenas llega al 16,3%. En departamentos como Vichada, Vaupés y Guainía, menos del 8% de los jóvenes logra ingresar a la universidad.

Este panorama revela una desigualdad persistente y un desafío de fondo: garantizar que estudiar no dependa del lugar de nacimiento. En ese escenario, la Fundación Universitaria Los Libertadores decidió transformar su modelo educativo con un propósito central: llevar formación de calidad a regiones históricamente rezagadas mediante una combinación de sedes físicas y plataformas virtuales que acerquen el conocimiento a todo el territorio.

La estrategia no solo responde a una necesidad geográfica, sino también generacional. Las nuevas cohortes de bachilleres buscan programas flexibles, asequibles y compatibles con el trabajo. Bajo esa mirada, Los Libertadores ha impulsado la educación virtual como eje clave para ampliar cobertura y democratizar el acceso. “Desde 2019 hemos acelerado la adopción de modelos a distancia, adaptándonos a las responsabilidades laborales y personales de nuestros estudiantes. Además de invertir en tecnología y capacitación docente, abrimos espacios de práctica y servicio comunitario en áreas como atención a la infancia y cuidado del adulto mayor”, afirma Ángela María Merchán, rectora de la institución.

Esta visión responde a un cambio de época: hoy estudiar y trabajar son caminos complementarios. Y las cifras internas lo reflejan: cada vez más jóvenes optan por programas virtuales o técnicos/tecnológicos de menor duración, con costos más accesibles y orientados a la demanda inmediata del mercado laboral, especialmente en áreas como diseño gráfico, educación infantil, gestión turística y mecánica automotriz.

Según el Ministerio de Educación (MEN), de los 2.553.560 estudiantes matriculados en 2024, el 69,45% estudia en modalidad presencial, 7,28% en modalidad a distancia tradicional y 22,82% en modalidad virtual. Esta última creció un 55,36% frente a 2021, evidenciando una acelerada preferencia por opciones más flexibles, mientras que la presencial registró una disminución del 3,44% entre 2021 y 2024.

Para la rectora Merchán, “la apuesta institucional seguirá orientada a ofrecer una educación más equitativa y de calidad, con enfoque diferencial e innovación constante, siempre colocando al estudiante en el centro de su desarrollo integral”. Como parte de esa visión, la institución abrió su nueva sede en Cartagena, donde ya ofrece nueve programas de pregrado, además de doce especializaciones y maestrías virtuales. A esto se suma la apertura de más de 20 programas técnico-laborales con enfoque territorial en los Centros de Experiencia de Cúcuta, Villavicencio y Turbaco, diseñados para responder a las necesidades productivas de cada región.