Alejandro Toledo llegó a Perú luego de ser extraditado desde Estados Unidos

El expresidente Alejandro Toledo llegó este domingo a Perú, luego de ser extraditado desde Estados Unidos para ser juzgado por los presuntos sobornos millonarios de la empresa Odebrecht para adjudicarse la construcción de dos tramos de la carretera Interoceánica sur.

Alejandro Toledo llegó al aeropuerto Jorge Chávez en un vuelo comercial procedente de Los Ángeles, en medio de la expectativa de las autoridades peruanas y de la prensa local, que lo esperaba en los exteriores del terminal y en la sede del poder judicial, donde será trasladado para una audiencia de reconocimiento de identidad.

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El exmandatario bajó de la nave esposado, después de ser entregado por unos alguaciles de Estados Unidos a los agentes de la Policía Nacional del Perú, y conducido a la Dirección de Aviación Policial (DIPA), aledaña al aeropuerto Jorge Chávez.

La Policía Nacional confirmó que en el arribo de Toledo estuvo presente el comandante general de la Policía Nacional, general Jorge Angulo, junto al alto mando policial, para garantizar la seguridad del expresidente como parte del proceso de extradición.

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La fiscal de la nación, Patricia Benavides, y el jefe de Cooperación Internacional y Extradiciones del Ministerio Público, Alfredo Rebaza, ingresaron a la Dirección de Aviación Policial para constatar la entrega de Toledo a las autoridades de Perú, según informó la prensa local. En ese ambiente, Toledo también será examinado por médicos legistas, antes de ser entregado formalmente al poder judicial para la diligencia de control de identidad.

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Tras su evaluación por Medicina Legal y su audiencia ante un juez, Toledo será presumiblemente conducido por las autoridades penitenciarias al penal de Barbadillo, en el distrito de Ate, donde están recluidos los exmandatarios Alberto Fujimori (1990-2000) y Pedro Castillo (2021-2022).

Reclamado por la justicia peruana desde 2017, el fundador del partido Perú Posible está imputado por haber recibido supuestamente unos US$35 millones de la empresa Odebrecht, tras favorecerla en la licitación de unos contratos para la construcción de la Ruta Interoceánica Sur, que conecta Perú con Brasil.