El departamento de Nariño enfrenta nuevamente la problemática de los lesionados por pólvora durante la temporada decembrina. Según el Instituto Nacional de Salud (INS), hasta el 26 de diciembre de 2024, se han reportado 27 casos, distribuidos en 22 adultos y 5 menores de edad. A pesar de representar una reducción del 16% en comparación con el mismo periodo de 2023, cuando se registraron 32 casos, la cifra sigue siendo preocupante debido a la gravedad de las lesiones.
Distribución por municipios
Los municipios con mayor incidencia de quemados son:
Pasto: 6 casos
Barbacoas: 5 casos
Ipiales: 5 casos
Tumaco: 3 casos
La Unión: 2 casos
Otros municipios (San Bernardo, Cumbitara, La Florida, El Tambo, Taminango y Colón): 1 caso cada uno.
Esta distribución evidencia una concentración en las zonas urbanas y municipios con celebraciones tradicionales marcadas por el uso de pólvora.
Principales causas de las lesiones
El 40% de los casos corresponden a manipulación directa de elementos pirotécnicos como totes, cohetes y voladores. Además, un 25% involucra espectadores que resultaron lesionados por la imprudencia de terceros. Cabe resaltar que un 10% de las víctimas son niños que tuvieron acceso a estos elementos sin supervisión.
Comparación con años anteriores
En 2023, los menores de edad representaron el 31% de los casos, con 10 lesionados, mientras que en 2024 esta cifra se redujo al 18.5% con 5 casos. Asimismo, las amputaciones, una de las consecuencias más graves, disminuyeron de 5 a 4 casos.
Sin embargo, las lesiones oculares han aumentado en un 20% debido al uso de artefactos explosivos improvisados. En contraste, los casos de quemaduras de segundo y tercer grado han mostrado una ligera reducción del 10%.
Respuesta institucional
La Secretaría de Salud Departamental y las autoridades municipales han intensificado campañas de prevención, destacando el lema: “La pólvora no es un juego”. A pesar de ello, el cumplimiento ha sido desigual. Por ejemplo, en Pasto e Ipiales, donde se aplican mayores controles, los casos han disminuido en un 15%, mientras que en Barbacoas y Tumaco, la falta de vigilancia ha contribuido a un incremento del 10%.
Reflexión y recomendaciones
Aunque las cifras reflejan una leve mejora en comparación con años anteriores, el uso de pólvora sigue siendo un problema de salud pública. Se insta a los padres de familia a ejercer mayor control sobre sus hijos y a los gobiernos municipales a intensificar las restricciones y los operativos de incautación.
La meta es clara: llegar a cero lesionados. Sin embargo, esto solo será posible con un cambio cultural que desplace la tradición peligrosa de la pólvora por alternativas seguras para celebrar las festividades.
