Hoja de ruta para la eliminación de combustibles fósiles
El presidente brasileño Lula quiere llevar una “roadmap” (hoja de ruta) para descarbonizar: dejar atrás el petróleo, el gas y el carbón.
Según Lula, esa transición debe hacerse con “respeto” a la diversidad de cada país, sin imponer plazos rígidos.
La ministra de Medio Ambiente de Brasil, Marina Silva, ha dicho que ese plan sería una “respuesta ética” a la crisis climática.
Financiamiento y cooperación internacional
Brasil pide que haya más recursos para países vulnerables para que la transición sea “justa”: no solo que cambien sus fuentes energéticas, sino que tengan apoyo para hacerlo.
Parte del plan de Brasil ya está alineado con sus inversiones internas: por ejemplo, en su programa de transición energética (PAC), hay montos para combustibles bajos en carbono y energías limpias.
Compromiso internacional más amplio
Lula planea presentar esta hoja de ruta tanto en la COP30 (cumbre climático en Belém) como en el G20 (cumbre de las grandes economías) para que más países se sumen.
Según apoyos citados, más de 80 países respaldan la idea del roadmap, aunque solo representan un porcentaje pequeño de la producción global de combustibles fósiles.
Principales obstáculos y críticas
Resistencia de países petroleros: Estados que dependen mucho del petróleo, como algunos de Medio Oriente, se oponen a un plan tan ambicioso.
Tensión en las negociaciones de la COP30: Hay discusión sobre si incluir explícitamente la hoja de ruta para abandonar los combustibles fósiles.
Financiamiento insuficiente: Para algunos países más pequeños o vulnerables, el dinero para la transición podría no ser suficiente o no llegar de forma clara.
Rechazo de la UE al borrador: Según reportes, la Unión Europea rechazó el borrador brasileño porque considera que no es suficientemente fuerte o ambicioso.
Incoherencia en Brasil: Por un lado Lula impulsa esta hoja de ruta, pero hay quienes señalan que Brasil sigue usando y produciendo combustibles fósiles, lo que genera desconfianza.
¿Por qué es relevante que lo lleve al G20?
El G20 reúne a las economías más poderosas, por lo que conseguir apoyo ahí significa tener un impacto global más grande.
Si se logra que varios países del G20 se comprometan, se podría generar una presión real para invertir en energías renovables y reducir la dependencia de combustibles fósiles.
También es una estrategia diplomática: Brasil se posiciona como un líder de la transición energética en el sur global, lo que puede aumentar su peso internacional.