Así lo afirmó la nutricionista Ana Emilia Sojo, perteneciente a la Clínica de Prevención del Cáncer de la Sociedad Anticancerosa de Venezuela (SAV), quien indicó que la dieta ideal para los pacientes oncológicos “es aquella que contiene una amplia variedad de alimentos en cantidades suficientes para cubrir a diario las necesidades de energía y nutrientes”.
Explicó que “con una alimentación saludable previa a iniciar los tratamientos se puede lograr las reservas nutricionales necesarias para conservar y mantener el peso y la masa corporal magra (órganos internos, músculos, dientes y huesos) , ayudar a mejorar la tolerancia frente a la quimioterapia y radioterapia, a proteger la función inmune y, además, a reducir las complicaciones y riesgos de recaída”.
Sojo indicó que los tratamientos oncológicos pueden provocar efectos secundarios que causan problemas para comer o disminución de apetito, lo que puede producir una carencia de nutrientes. “La sensación de cansancio o fatiga continua, debido a tratamientos o a la propia enfermedad, puede repercutir a la hora de mantener una alimentación adecuada”, comentó.
Una alimentación diversa y planificada
La especialista recomienda a los pacientes oncológicos que hagan “una planificación semanal que incluya alimentos de todos los grupos (lácteos, vegetales, frutas, cereales, carnes, quesos y huevo, grasas), y que tengan siempre en casa alimentos nutritivos que no necesiten mucha preparación, como frutas y vegetales”.
Asimismo, Sojo sugirió utilizar técnicas culinarias que faciliten la tolerancia y la digestión, con comidas horneadas, asadas o a la plancha. “También es conveniente aprovechar las horas de más apetito para consumir alimentos con mayor contenido calórico y proteico”, expresó.
Manifestó la especialista que “se pueden consumir al menos tres porciones de frutas y dos porciones de vegetales cada día, así como incrementar el consumo de fibra. En el caso de la proteína animal, se pueden consumir carnes magras, pollo y pescado”.
Sojo también recomienda ingerir vegetales verdes como espinaca, acelga y brócoli, “porque son ricos en vitaminas A, B, C y E y en minerales como zinc, magnesio y selenio, que ayudan a fortalecer el sistema inmune. Asimismo, se pueden consumir lácteos como leche y yogurt”.
“Se puede aumentar el consumo de alimentos ricos en Omega 3 y 6 como pescados, frutos secos, aceite de oliva y aguacate, además de realizar con frecuencia actividad física y mantenerse siempre hidratado”, apuntó la nutricionista.
Agregó que la alimentación del paciente oncológico debe ser individualizada y adaptada a cada condición. “Es muy importante que sea tratado por un equipo multidisciplinario, para lograr una mejor tolerancia al tratamiento y mantener así su calidad de vida”.