Después de explorar múltiples fusiones entre lo latino, lo electrónico y lo afrocaribeño, la artista colombo-californiana Chika Di vuelve con su lanzamiento más personal hasta la fecha: “I Say Yes”, una bachata-pop que suena como una carta de amor escrita con el corazón en la mano.
Inspirada por su propia historia —específicamente por la propuesta de matrimonio que recibió en el verano de 2022— la canción combina el ritmo romántico de la bachata con una producción pop envolvente, creada en conjunto con su esposo y productor Michael Costanzo (Good Bear). La guitarra elegante de Tomas Salcedo y la masterización de Evan Wilber completan una producción que suena tan atemporal como íntima.
“La letra nació justo después de que me propuso,” cuenta Chika. “Ya había escrito fragmentos antes, como parte de mis diarios y notas de voz. Pero ese momento fue el hilo conductor. Quería hacer algo que las parejas pudieran bailar bien pegadito, especialmente en su primer baile, pero que también transmitiera esa entrega diaria, no solo la ceremonia.”
“I Say Yes” se siente como un clásico moderno: sincero, melódico, con una calidez que no necesita exageraciones. Es una canción que no busca viralidad, sino permanencia. Y en tiempos donde el amor a menudo se representa con filtros y distorsiones digitales, Chika Di propone otra cosa: una promesa con raíz.
Desde que lanzó su carrera solista en 2020, Chika Di ha sabido construir un espacio propio dentro de la música latina independiente. Su voz —intensa, emotiva, profundamente conectada con su identidad colombiana— ha resonado en series como Euphoria, Generation y Gentefied, además de protagonizar una campaña nacional de McDonald’s durante el Mes de la Herencia Hispana con su tema “Oh La La.”
Antes de eso, recorrió Norteamérica durante más de una década con la banda La Misa Negra, compartiendo escenario con artistas como Bomba Estéreo, Julieta Venegas, Ana Tijoux, Mon Laferte y Flor de Toloache. Su trayectoria siempre ha estado marcada por la autogestión, la autenticidad y una conexión profunda con lo comunitario —incluyendo el activismo cultural y la crianza de sus cuatro hijos junto a su pareja, en una dinámica artística y familiar que rehúye los estereotipos.
“I Say Yes” marca un nuevo capítulo. Más maduro, más vulnerable, pero igual de libre. Una canción que puede sonar en bodas, sí, pero también en auriculares al final de un día difícil. Porque a veces lo más revolucionario es elegir el amor con calma, con conciencia, y con música que acompañe ese gesto.
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