La conferencia climática mundial COP30, celebrada recientemente, concluyó con un acuerdo llamado “Global Mutirão – Colaboración Global”, que busca acelerar la acción climática y promover la transición energética. Sin embargo, varios países —entre ellos Colombia— criticaron que el texto final carece de metas vinculantes para eliminar gradualmente los combustibles fósiles.
El acuerdo incluye avances en financiamiento climático, transparencia y adaptación al cambio climático, además de proponer un mecanismo de “transición justa” que proteja comunidades vulnerables durante la transformación energética.
Para Colombia, este resultado genera escepticismo: aunque respalda algunos objetivos ambientales, muchos esperan acciones concretas — lo que abre un debate sobre el compromiso real frente a la crisis climática.
