El transporte público en Pasto enfrenta uno de sus momentos más críticos en los últimos años. La combinación de incrementos en costos operativos, la reducción en el número de pasajeros y la demora en la implementación del nuevo sistema de recaudo ha puesto en jaque la sostenibilidad del sector.

Según un estudio realizado por la Secretaría de Tránsito, la tarifa técnica del transporte en Pasto debería estar en $2.800. Sin embargo, empresarios del sector reconocen que un aumento de esa magnitud resultaría contraproducente tanto para usuarios como para las propias empresas. «Hemos sufrido incrementos significativos en el combustible en los últimos meses, sumados al aumento de los salarios de nuestros trabajadores. Para compensar estos costos, una tarifa de $2.600 sería más viable», explicó Jorge Mesías uno de los representantes del gremio transportador.

La crisis de la demanda y la modernización

Uno de los factores que ha agravado la situación es la drástica caída en la demanda del servicio. Mientras hace siete años se registraban 37 millones de pasajeros anuales, en 2024 la cifra se redujo a 22 millones. Esta disminución ha dificultado la posibilidad de renovar la flota y mejorar la infraestructura del sistema.

«La gente pide buses nuevos, eléctricos, con tecnologías limpias, pero eso cuesta dinero. Y si el ingreso de los transportadores sigue disminuyendo, es inviable realizar inversiones de ese tipo», señalaron voceros del sector.

A esto se suma la demora en la implementación del sistema de recaudo electrónico, un proyecto que se ha dilatado por 17 años y que ha pasado por cinco administraciones municipales sin concretarse. «Si hubiéramos comenzado hace nueve años, las condiciones serían distintas, porque la demanda en ese momento era mayor. Hoy, mantener la operación de la plataforma cuesta cerca de 400 millones de pesos mensuales, una cifra que pone en riesgo la estabilidad financiera de las empresas», agrego Mesías.

Mesa de trabajo y alternativas

El próximo 26 de febrero se realizará una mesa de trabajo entre transportadores y la Secretaría de Tránsito para revisar las cifras y buscar alternativas. Según el gremio, es fundamental garantizar que la implementación del sistema de recaudo no ponga en riesgo la operación. Además, han pedido que la administración municipal asuma un papel más activo en el control de la informalidad, pues el crecimiento del transporte ilegal en motocicletas y carros particulares ha afectado significativamente al servicio formal.

Los transportadores son conscientes de que la ciudad necesita un sistema moderno, pero recalcan que las decisiones deben tomarse con responsabilidad financiera. «Pastó tiene una de las tarifas más bajas entre las ciudades intermedias del país. A pesar de las dificultades, ofrecemos un servicio adecuado, pero sabemos que podemos mejorar. Para lograrlo, necesitamos inversiones y estrategias que nos permitan recuperar la demanda», concluyeron.

El debate sigue abierto, y en los próximos meses se definirá el futuro del transporte en la capital nariñense.