Un trágico suceso enluta a la comunidad del municipio de Acevedo. La tarde del sábado 9 de agosto, Policarpo Ochoa Castro, conocido cariñosamente como ‘Poli’, de 57 años, fue atacado con un arma blanca al interior de un establecimiento comercial dedicado a la venta de licor. El violento episodio ocurrió en una cantina situada frente a la plaza de mercado, un lugar que normalmente es punto de encuentro para los habitantes de la zona.
Según testimonios de testigos, en el lugar se habría presentado una riña, descrita popularmente como una “gazapera”, que terminó con el ataque fatal contra la víctima. A pesar de que varios vecinos y clientes del establecimiento intentaron auxiliarlo y lo trasladaron rápidamente al Hospital San Francisco Javier, ubicado en el mismo municipio, lamentablemente llegó sin signos vitales.
Investigación abierta
Las autoridades policiales han confirmado que el caso se encuentra en etapa de investigación, pero hasta el momento no se reporta la captura del presunto agresor. La Policía del Huila anunció que está trabajando en la recolección de testimonios de quienes presenciaron los hechos y en el análisis de cámaras de seguridad para identificar al responsable.
Sin embargo, en la región persiste la preocupación por la alta impunidad que rodea muchos crímenes violentos. El coronel encargado de la Policía en la zona admitió que este es un desafío que afecta a Acevedo y a otras localidades del departamento, donde la inseguridad sigue siendo una problemática recurrente.
La comunidad exige justicia pronta y efectiva, esperando que este caso no quede archivado sin respuesta. La sensación de vulnerabilidad crece en los sectores rurales, y la necesidad de que las autoridades actúen con rigor se hace cada vez más urgente.
Dolor comunitario
La partida de ‘Poli’ ha dejado un vacío difícil de llenar en Acevedo. Vecinos y líderes comunitarios han expresado su tristeza y solidaridad con la familia, recordando al hombre como un miembro activo y querido de la sociedad local.
“Era un hombre tranquilo, respetuoso y muy conocido en la comunidad. Su pérdida nos duele a todos, especialmente porque su vida fue arrebatada de forma tan violenta”, señaló un habitante del municipio.
Este caso revive la necesidad de fortalecer la seguridad en las zonas rurales, donde hechos de violencia afectan la convivencia y el bienestar de las personas. Los acevedunos reclaman que no solo se escuchen sus voces en momentos de tragedia, sino que se implementen medidas concretas para prevenir nuevos hechos de violencia.
Mientras tanto, el nombre de Policarpo Ochoa Castro quedará como símbolo de la lucha por justicia y seguridad en Acevedo, y como un recordatorio de la fragilidad que viven muchas comunidades ante la persistente violencia. La esperanza está puesta en que las autoridades respondan con acciones claras y efectivas para proteger a los ciudadanos y garantizar la paz en la región.

