Países asiáticos como Japón, China, Corea del Sur y Singapur, están viviendo una preocupante disminución de la natalidad y afecta a importantes economías asiáticas. Esto ha llevado a algunos países a implementar planes millonarios con el objetivo de incentivar a las parejas a tener hijos.
A medida que sus poblaciones envejecen rápidamente, estas naciones se enfrentan al desafío de buscar soluciones para revertir esta tendencia y estimular el crecimiento económico. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos y las cuantiosas inversiones gubernamentales, los resultados han sido decepcionantes y las políticas de fertilidad implementadas han sido catalogadas como fracasadas, tanto por el Ministerio de Finanzas japonés como por la ONU.
Baja natalidad en Asia es un problema
En los últimos años, la baja natalidad se ha convertido en un problema apremiante en Asia. La disminución de la población en edad laboral y el envejecimiento de la sociedad, plantean serios desafíos económicos y sociales. Japón lidera esta tendencia, con casi el 30% de su población mayor de 65 años, y otros países de la región le siguen de cerca.
Este panorama contrasta con la situación de India, que ha superado a China como la nación más poblada del mundo. Más del 25% de la población india se encuentra en la franja de edades entre 10 y 20 años, lo que brinda un enorme potencial de crecimiento económico.
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Países asiáticos se esfuerzan por incrementar la natalidad
Ante la urgencia de abordar el problema demográfico, los gobiernos asiáticos han implementado diversas medidas para intentar aumentar las tasas de natalidad. Estas políticas incluyen incentivos económicos y sociales, como pagos a nuevos padres, subsidios a la educación gratuita, ampliación de la disponibilidad de guarderías, beneficios fiscales y prolongación de las licencias de maternidad y paternidad.
Sin embargo, a pesar de la inversión millonaria y los múltiples esfuerzos, los resultados han sido poco alentadores. Datos recopilados en Japón, Corea del Sur y Singapur indican que las estrategias implementadas hasta el momento han tenido un impacto limitado en el incremento de las tasas de natalidad.
Desafíos y perspectivas futuras
Estas medidas se están tomando porque la juventud aporta mayor productividad laboral. Por ese motivo, es necesaria una nueva estrategia para lograr la meta. Ante esto, la efectividad de las políticas de fertilidad implementadas en Asia ha sido cuestionada, y la comunidad internacional ha reconocido que las denominadas «ingenierías demográficas» no han logrado estimular la natalidad.
Expertos señalan que es fundamental abordar los obstáculos que enfrentan las mujeres para conciliar su vida laboral y familiar, y que los países asiáticos podrían aprender de las políticas de fertilidad exitosas en los países escandinavos, donde el sistema de bienestar y la igualdad de género están más equilibrados.
Además, los gobiernos deben considerar otras estrategias para preparar sus economías ante una disminución de la fuerza laboral, como invertir en tecnologías e innovaciones que compensen el impacto negativo de la población menguante. Algunos países también están considerando cambios en sus reglas migratorias para atraer a jóvenes trabajadores extranjeros y contrarrestar el declive demográfico.
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