Cada 1 de octubre, el mundo conmemora el Día Internacional de las Personas Mayores, una fecha proclamada por la Asamblea General de la ONU en 1990 y celebrada por primera vez en 1991. Esta jornada busca visibilizar los derechos, desafíos y aportes de la población mayor, en un contexto global donde la expectativa de vida se amplía y las pirámides poblacionales se transforman.

Más que longevidad: calidad de vida

Durante décadas, el envejecimiento se entendió como un proceso biológico determinado por factores físicos como la genética, la alimentación o el acceso a la medicina. Sin embargo, investigaciones recientes en neuroplasticidad y reserva cognitiva han revelado que la actitud mental positiva puede ser decisiva en la prolongación activa de la existencia.

La longevidad, entonces, no se mide solo en años vividos, sino en cómo se viven. La mente, lejos de ser una metáfora, se convierte en un órgano de vitalidad que influye directamente en la calidad de vida.

Inclusión y participación activa

La ONU ha insistido en que el envejecimiento debe abordarse desde una perspectiva de derechos humanos. Esto implica garantizar la inclusión social, laboral y cultural de las personas mayores, promoviendo su participación activa en la sociedad.

En muchos países, esta fecha se celebra con discursos oficiales, entrevistas, actividades comunitarias y campañas educativas. La Organización Mundial de la Salud también ha sido clave en impulsar políticas públicas que respondan a las necesidades de esta población.

Retos y oportunidades

El envejecimiento de la población plantea desafíos importantes: atención médica especializada, redes de apoyo, trabajo voluntario y acceso a servicios. Pero también abre oportunidades para construir una sociedad más equitativa, donde todas las edades convivan con dignidad.

En 2002, la segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento en Madrid adoptó el Plan de Acción Internacional sobre el Envejecimiento, que promueve el desarrollo de una sociedad para todas las edades.

Una celebración con sentido

Este 1 de octubre, el Día Internacional de las Personas Mayores nos recuerda que envejecer no es desaparecer, sino transformarse. Es momento de reconocer el valor de quienes han construido caminos, de escuchar sus voces y de garantizar que sigan siendo parte activa de nuestras comunidades.

Porque vivir más no basta. Lo esencial es vivir mejor, con respeto, oportunidades y una actitud que mantenga la mente despierta y el corazón comprometido.