Disminución en su salud mental presentó el 42% de los empleados

El 42% de los empleados han presentado una disminución en su salud mental desde que la pandemia inició, según un estudio de la multinacional Aon plc (Tendencias Globales de Bienestar).

María del Pilar Manzanera, vicepresidente de Wellbeing para la región Andina de Aon, aseveró que “anteriormente este tema se pensaba de manera lineal, es decir, se consideraba que solo al tratar los síntomas que presentaban los trabajadores, se estaba logrando una intervención y mitigación adecuada. Encontramos ese vínculo directo entre la forma en que las organizaciones abordan el bienestar de los empleados y el desempeño de su empresa, explorando tendencias, prioridades y oportunidades del mercado global y regional en materia de bienestar”.

Además, el estudio revela que el 28% de los encuestados ha manifestado dificultad para concentrarse en el trabajo y hoy en día, a la fuerza laboral, le toma un 20% más de tiempo completar sus actividades diarias. Así mismo, se evidenció que el 70% de las empresas ya tienen programas asociados a la dimensión de salud física, 67% a la emocional, 65% a la social y 54% a los aspectos financieros.

Agregó que “al analizar los casos de enfermedad, causas del ausentismo o un accidente laboral, es fundamental ver que detrás de estas variables hay aspectos fuera de la dimensión física que han sido gestionados inadecuadamente y que están impactando directamente a la salud del colaborador. Identificamos, cinco dimensiones: física, social, mental, financiera y laboral. Estas, se encuentran interconectadas y deben ser tratadas de manera integral por parte de las organizaciones dentro de sus planes de prevención y promoción de la salud y el bienestar”.

Una mala gestión financiera, producto de deudas o gastos, evidencia preocupaciones personales y familiares, las cuales repercuten en dificultades para relacionarse con otros, conflictos familiares y en el trabajo; así como, desórdenes alimenticios, malos hábitos de sueño o trastornos mentales como la ansiedad, depresión o burnout. Al final esto se traduce en cuadros médicos y aparición de enfermedades físicas, impactando directamente el rendimiento laboral y la productividad de las empresas.

Según Manzanera, “estos resultados son tan solo la punta del iceberg, reflejan que es necesario replantear las estrategias a corto, mediano y largo plazo, fomentando la adherencia de nuevos hábitos saludables que integren diferentes intervenciones desde las dimensiones que componen al ser humano”.

Conforme lo demuestran los hallazgos del estudio, pasar a una concepción del bienestar integral del ser humano, o wellbeing, es una decisión que debe ser adoptada tanto por la alta gerencia, como por cada una de las áreas de una organización. Además, dijo que “el bienestar es sin lugar a duda mucho más que programas, aplicaciones, herramientas y recursos aislados que se ofrecen a los empleados. El verdadero bienestar es un pilar estratégico, y elemento fundamental para la empresa. El 82% de las organizaciones a nivel mundial cree que el bienestar es importante y una prioridad dentro de su empresa”.

Incorporar una estrategia centrada en el bienestar integral, otorga resultados favorables en el desempeño laboral, mayor compromiso por parte del talento humano, mayor atracción, menor rotación, ausentismo, disminución de patologías de un alto costo, un ambiente laboral positivo, el desarrollo de personas resilientes, así como equipos de trabajo más ágiles y colaborativos.