
Las recientes jornadas de protestas y desmanes en Bogotá dejaron un saldo de al menos 101 personas lesionadas y cerca de 1.500 buses públicos vandalizados, según un informe del cabildante Julián Uscátegui.
Impacto sobre movilidad y seguridad ciudadana
De acuerdo con los reportes, el 70 % de los heridos no eran manifestantes sino transeúntes o funcionarios del Distrito que intervinieron en los hechos.
El vandalismo no solo afectó la seguridad, sino que golpeó duramente al sistema de transporte público: los daños implican cuantiosas pérdidas económicas y complicaciones en la movilidad diaria de los bogotanos.
Señalamientos y propuestas de control
Según el informe del cabildante, estas cifras evidencian “una falla estructural de seguridad y control”, que poner en riesgo la convivencia y los derechos de los ciudadanos.
Para responder a esta crisis urbana, se radicó un proyecto de acuerdo en el Concejo que busca establecer protocolos más estrictos de prevención, control y sanción del vandalismo, incluyendo medidas como restricción de acceso a eventos públicos para personas con antecedentes de violencia y la instalación de cámaras corporales para los equipos de seguridad en manifestaciones.
