En el marco de la realización en la ciudad de Pasto de Bioexpo 2025, considerada uno de los eventos verdes más importante de Latinoamérica, uno de los proyectos que más llamó la atención fue el de D’Monte, Escuela de Arraigo Rural (Aprender haciendo).

Al respecto, en declaraciones a DIARIO DEL SUR, una de sus fundadoras, Yeni Consuelo Rueda Salazar, expresó que “se trata de una iniciativa comunitaria y rural que surgió en La Quitaz, Santander, en el marco del proceso de sustitución de cultivos ilícitos.”

Agregó que en estos momentos adelanta su actividad en San Vicente de Chucurí (Santander), dedicada a la transformación del cacao, la formación comunitaria y el desarrollo social y productivo en territorios rurales.

“Somos una Escuela basada en la pedagogía de lo cotidiano, que combina saberes tradicionales, formación técnica, acompañamiento psicosocial, identidad territorial y fortalecimiento de capacidades para productores, mujeres rurales, jóvenes y familias campesinas. Construimos un modelo, que une sostenibilidad, emprendimiento, cultura, territorio y bienestar emocional.

Principales actividades

Señaló la vocera que, en ese sentido, las principales actividades de D’Monte, son la transformación del cacao bajo un enfoque artesanal, sostenible y con identidad territorial, formación técnica y comunitaria en producción, transformación y emprendimiento rural, acompañamiento social y psicosocial a comunidades vulnerables, mujeres productoras, jóvenes rurales y asociaciones campesinas.

Igualmente, se le da énfasis al fortalecimiento organizativo y de proyectos productivos para pequeños productores y organizaciones rurales, al acompañamiento a procesos de sustitución de economías ilícitas, desarrollo comunitario y encadenamientos productivos sostenibles y a la articulación institucional con entidades públicas, privadas, cooperación internacional, gremios y organizaciones territoriales.

Impacto comunitario

Señaló Consuelo Rueda que “Nuestro trabajo integra lo productivo, lo social y lo emocional, generando impacto comunitario y desarrollo rural sostenible.”

Indicó que, en pocos años, D’Monte se consolidó como un modelo replicable de transformación rural, reconocido regional y nacionalmente por: Empoderamiento comunitario y productivo, a través de alianzas estratégicas, con empresas privadas que implementan el desarrollo de su estrategia de responsabilidad social empresarial, formación a mujeres rurales y jóvenes.

Igualmente se destaca la recuperación del valor cultural del cacao, la puesta en marcha de procesos de identidad territorial y salud emocional, estrategias de emprendimiento rural sostenible, así como el fortalecimiento organizativo de pequeños productores.

Es así como D’Monte es hoy un referente en innovación social rural, gracias a su enfoque integral que conecta comunidad, territorio y productividad.

Los fundadores

Los fundadores de D’Monte, son Yeni Consuelo Rueda Salazar – Fundadora Normalista, Técnico en trabajo social, Profesional en salud ocupacional, especialista en alta gerencia, (en formación) con más de 12 años de experiencia en gestión social, desarrollo comunitario y administración de proyectos productivos. Ha trabajado con poblaciones rurales, asociaciones campesinas y comunidades afectadas por conflicto o economías ilícitas. Es líder en Fortalecimiento comunitario y organizativo Gestión social y territorial, estrategias productivas y de emprendimiento, articulación interinstitucional, acompañamiento a pequeños productores Desde 2020 lidera D’Monte Puro Cacao, posicionando la iniciativa a nivel regional y nacional.

Sandro Javier Muñoz Calderón – Fundador Normalista, Tecnólogo Agropecuario, licenciado en bellas artes, Profesional en Gestión Agropecuaria especialista en alta gerencia (en formación) con más de 15 años de experiencia en desarrollo rural, asistencia técnica integral, cadenas de valor y fortalecimiento productivo. Fue jefe de Unidad Técnica en Fedecacao durante más de 10 años y tiene amplia experiencia en: transformación del cacao, encadenamientos productivos, formación y asesoría a productores, planeación territorial, sustitución de economías ilícitas y liderazgo comunitario.

Manifestó que “nuestro propósito es seguir construyendo procesos que integren desarrollo social, bienestar emocional y sostenibilidad productiva, convirtiendo el cultivo, la finca y el territorio en un vehículo de transformación, Arraigo, memoria y progreso para las comunidades rurales.”