La Procuraduría General le solicitó a la Jurisdicción Especial de Paz (JEP) que llame a testificar al general (r) y excomandante del Ejército, Eduardo Zapateiro, para profundizar sobre los hechos que rodearon la masacre de “El Aracatazo” en Urabá, Antioquia.
“En la época de los hechos ejercían control territorial por parte de nuestra Fuerza Pública, uno de esos dos pelotones que justamente estaba a cargo en su momento del capitán Zapateiro. Por lo pronto el llamado es a que venga y brinde un testimonio para esclarecer hechos que al Ministerio Público no le han quedado claros”, manifestó Alonso Pío, procurador con funciones de intervención ante la JEP.
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Con las declaraciones de Eduardo Zapateiro, la Procuraduría busca que se esclarezca esa masacre y brinde más luces a la magistratura y al Ministerio Público para determinar la condición de los hechos tendientes a la construcción de la verdad.
“Llamar al general Gr. (r) Eduardo Zapateiro Altamiranda, para que en calidad de testigo y en consideración para el periodo que se investiga de la ocurrencia de la masacre “El Aracatazo”, al mando de la compañía Córdoba, y a su vez del Pelotón comandado por Nofar Fabián Mota (adscritos al Batallón Voltígeros) que estuvo en el lugar de los hechos, brinde un relato de lo que le conste” señala el documento.
Asimismo, la delegatura del Ministerio Público en cabeza del procurador Alonso Pío Fernández, pidió a la JEP evaluar la posible responsabilidad por omisión de los comandantes de unidades del Ejército y Policía en el municipio de Chigorodó para el momento de la matanza paramilitar.
“Muy especialmente por la posición de garante predicable como miembros de la fuerza pública, quienes para este caso tenían no solo el deber constitucional de protección de la vida, sino el deber jurídico de evitar el resultado típico de homicidios múltiples cometidos por los paramilitares” señaló el procurador Fernández.
De hecho, en uno de los testimonios ante la JEP, el cabo (r) Jhon Fredy Moncada (quien integraba el pelotón presente en la zona) señaló que escuchó los disparos que venían del lugar de la masacre, por lo cual le informó al (para la época) subteniente Motta Bastidas “sosteniendo que hizo lo que tenía que hacer”, porque “la toma de la decisión y el control de la situación ya le correspondía al subteniente, como superior y al mando del pelotón” indica el escrito recogiendo lo dicho por Moncada.
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Además del general Eduardo Zapateiro, el delegado del ministerio público pidió que sea llamado a responder un sargento de apellido López Baudillo, quien se desempeñaba como comandante de un pelotón al mando del coronel (r) José Liborio Martínez “con el propósito que ayude a esclarecer la orden precisa que, para el 12 de agosto de 1995, se emitió por parte de la comandancia del Batallón de Infantería N°46 Voltígeros” indica el escrito conocido por fuentes en la JEP.
Asimismo, también pidió llamar al teniente Juan Carlos Arbeláez, quien pertenecía a las Fuerzas Especiales de la época en la zona, y tuvo el encargo de capturar a los paramilitares que perpetraron la masacre, para que esclarezca la posible coordinación “del jefe paramilitar, para ese momento, Carlos Castaño con el ejército” y realizar detenciones que en realidad habrían sido un fraude.
“De lo dicho por el señor Hébert Veloza García “HH”, se puede colegir que la detención realizada por el ejército de algunos de los autores de la masacre no se dio en virtud de una operación militar, todo lo contrario, lo afirmado por el mencionado postulado, lleva a establecer que más que una captura (para bajar la presión) fue entrega ordenada por el jefe de los paramilitares de esa zona, Carlos Castaño, al ejército” señala el documento del ministerio público.
Adicionalmente, la Procuraduría pidió que se llame a rendir declaración a los oficiales de la Policía que estaban a cargo de la estación en Chigorodó para el momento de la matanza y quienes “por competencia tenían en primera instancia, la seguridad y protección de la población dentro del casco urbano del mencionado municipio” dijo el delegado.
En 1995, cuando se presentó la masacre, Eduardo Zapateiro tuvo un cargo de mando en la unidad militar que se encontraba en esa zona donde fueron asesinadas 18 personas dentro de una discoteca, hecho que fue conocido como la masacre de «El Aracatazo«.