Según la Encuesta Global de Integridad 2024 de EY, el 48 % de
los encuestados en Colombia considera que los ejecutivos estarían dispuestos a comportarse de
manera no ética para mejorar en su carrera o situación financiera personal. Entre algunas de las
acciones que podrían observarse se encuentran: incumplir políticas internas, proveer información falsa
a la gerencia, ignorar conductas no éticas en sus equipos, falsificar datos de clientes, entre otros. Cabe
señalar que a nivel global los resultados son similares.
“Si bien existe un mayor esfuerzo en la generación de conciencia y cultura de
integridad en las organizaciones, estamos viendo una señal de alerta en la
predisposición que tienen los colaboradores por incurrir en actos no éticos con
el fin de buscar beneficios para los resultados de la empresa y/o beneficios
personales (carrera o remuneración). Una tendencia que vemos reflejada en
todos los niveles”, resalta Rafael Huamán, Líder de Integridad Corporativa,
Compliance e Investigación Forense para EY Latinoamérica.
Los resultados sugieren, además, que la cultura de integridad estaría en riesgo
pues el 30% de los encuestados en Colombia está de acuerdo en que se tolera
el comportamiento poco ético cuando está implicado personal directivo o de
alto rendimiento, cuando ello no debería ser tolerable para ningún cargo ni
ningún nivel de desempeño.
¿Percepción positiva?
En los últimos dos años se han percibido mejoras, ya que 68% de los encuestados en Colombia
considera que se ha puesto mayor atención a la cultura de integridad. Esta percepción de mejora se
debe principalmente a la gestión de la gerencia (51%), al impulso regulatorio (48%) y solicitud de los
accionistas (39%).
Pese a ello, salta a la vista las presiones a la hora de reportar un hecho de mala conducta. Esto se ve
reflejado en que 65% de los encuestados en Colombia indicaron que al menos en una de las ocasiones
en las que tuvieron que denunciar una mala conducta sintieron presión para no hacerlo. Por otro lado,
buena parte de los ejecutivos no reportaron porque pensaron que sus preocupaciones no serían
atendidas (50%), consideraron que no era su responsabilidad abordarlo (28%) o sintieron presión de la
gerencia para no reportar una conducta indebida (22%).
“En los últimos años, la integridad y confianza se han convertido en pilares fundamentales para la
excelencia empresarial, fomentando la toma de decisiones éticas y responsables de todos los
trabajadores de las empresas. En Colombia, a pesar de que se han evidenciado mejoras durante los
últimos años, la realidad es que se siguen presentando situaciones irregulares que van en contra de las
buenas prácticas profesionales y que generan impactos negativos en diferentes aspectos como la
confianza interna y la cultura organizacional, el 31% de los encuestados en Colombia indicó que sus
organizaciones experimentaron un incidente de integridad significativo en los últimos dos años. El sector
empresarial debe seguir trabajando por mejorar la concientización ética de los colombianos, creando
espacios que fortalezcan el compromiso y garanticen el cumplimiento de los acuerdos internos”,
expresó Sandra Calderón, Associate Partner de Servicios Forenses y de Integridad de EY Colombia.
2
¿Amenazas a la integridad?
El 64% de los encuestados en Colombia indicó que es un desafío para las organizaciones en las que se
encuentran mantener los estándares de integridad en períodos de cambio o de condiciones de mercado
difíciles. Sin embargo, el 51% también considera que la integridad en sus organizaciones ha mejorado
debido a una gestión realizada desde la gerencia.
Tanto a nivel global como regional, más de la cuarta parte de los encuestados, 28% y 27%
respectivamente, dice que el mayor riesgo interno proviene de que los empleados no interiorizan las
reglas que deben regir su conducta. Sin embargo, en Colombia el 38% de los encuestados indican que
el mayor riesgo interno es la falta de recursos dedicados a cumplimiento. A ellos se suman otros
factores internos como la alta rotación o la presión de la dirección.
Por otra parte, en Colombia el 40% aceptó que está dispuesto a realizar una actividad no ética para
mejorar su desarrollo profesional, mientras que el 61% aceptó que no ha denunciado actos de mala
conducta ante la dirección de la compañía, ya sea porque se sintieron presionados o por variables como
la falta de sentimiento de responsabilidad, no se sienten escuchados, o no están seguros de si el
comportamiento se debe reportar.
