El es Yogui, el perro que murió en el cauca por descargas eléctricas

El es Yogui, el perro que murió en el cauca por descargas eléctricas: Un veterinario en Tuluá, Valle del Cauca, enfrenta un proceso judicial por su presunta responsabilidad en un grave caso de maltrato animal. La Fiscalía General de la Nación lo acusa de haber practicado una eutanasia de manera indebida, causando un sufrimiento extremo al perro llamado Yogui. En lugar de seguir el protocolo establecido, el profesional recurrió a descargas eléctricas, lo que agravó la situación y llevó a la muerte del animal. Este hecho, ocurrido el 9 de septiembre de 2024 en el barrio Diablos Rojos, ha generado indignación y reacciones en defensa del bienestar animal.

Las autoridades han reunido pruebas contundentes que evidencian el procedimiento irregular. Según la investigación, el veterinario suministró cuatro pastillas a Yogui, cumpliendo parcialmente con el protocolo de eutanasia. Sin embargo, en un acto injustificable, utilizó un cable para aplicar descargas eléctricas al perro. Este método, además de cruel, viola los principios éticos de la profesión veterinaria y contraviene la legislación colombiana sobre protección animal.

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Ante estos hechos, la Fiscalía imputó al veterinario por el delito de maltrato animal, tipificado en el Código Penal colombiano. Esta normativa establece sanciones severas para quienes inflijan daño físico o psicológico a los animales. A pesar de las pruebas presentadas, el acusado no aceptó los cargos, lo que significa que el caso deberá resolverse en juicio. Mientras tanto, las autoridades y grupos de protección animal exigen justicia para Yogui y el fortalecimiento de las normas que regulan estos procedimientos.

Más allá de las consecuencias legales, este caso genera una profunda reflexión sobre la ética en la práctica veterinaria. Es fundamental que los profesionales del sector actúen con responsabilidad y respeto hacia los animales, evitando cualquier acción que les cause dolor innecesario. Asimismo, la sociedad debe mantenerse vigilante y denunciar cualquier situación de maltrato para garantizar el cumplimiento de la ley.

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En adelante, la justicia colombiana deberá determinar la responsabilidad del veterinario y aplicar las sanciones correspondientes. Paralelamente, este caso reaviva la discusión sobre la regulación de los servicios veterinarios y la importancia de fortalecer los mecanismos de supervisión. La protección animal no solo depende de las leyes, sino también de la conciencia y el compromiso de la ciudadanía para exigir condiciones dignas y trato humanitario para todos los seres vivos.