Un robo que desafió la historia
El Museo del Louvre volvió a ser escenario de un crimen histórico. Más de una semana después del robo millonario ocurrido el 19 de octubre, las autoridades francesas confirmaron que los ladrones sustrajeron joyas valoradas en más de 100 millones de dólares. El atraco, ejecutado en plena mañana y a la vista de visitantes, ha dejado al mundo del arte conmocionado.
Los investigadores aseguran que se trató de un golpe meticulosamente planificado, donde los delincuentes aprovecharon fallos en el sistema de seguridad del museo. Ingresaron por el balcón de la Galería Apolo, donde se exhibían joyas reales, entre ellas un collar de esmeraldas y diamantes que perteneció a Napoleón Bonaparte.
Un plan ejecutado con precisión
Según las primeras investigaciones, los ladrones utilizaron una escalera eléctrica montada en un camión robado para acceder al segundo piso. Se disfrazaron con chalecos amarillos, simulando ser obreros, y usaron amoladoras de disco para cortar el cristal reforzado de las vitrinas.
El golpe duró menos de siete minutos. A las 9:34 a. m. rompieron la ventana, y a las 9:41 ya habían escapado con ocho piezas de incalculable valor. Los visitantes fueron evacuados rápidamente por los guardias, que inicialmente pensaron en un atentado.
Sin embargo, los ladrones cometieron errores en su huida: dejaron guantes, herramientas y un casco con restos de ADN, lo que permitió a la policía rastrear y detener a dos sospechosos pocas horas después, uno de ellos en el aeropuerto Charles de Gaulle.
Fallos críticos en la seguridad
La directora del museo, Laurence des Cars, admitió ante el Senado francés que el sistema de cámaras perimetrales era antiguo y no cubría todo el edificio. Una de las cámaras, mal ubicada, no registró el ingreso de los delincuentes.
La policía parisina también reconoció errores: una de sus cámaras callejeras grabó el camión de los ladrones, pero nadie lo notó hasta que el robo estaba en curso.
El Louvre, en silencio y bajo presión
Más de 100 agentes trabajan para recuperar las joyas antes de que sean fundidas o vendidas. Hasta el momento, ninguna pieza ha sido localizada.
El robo recuerda al de 1911, cuando fue sustraída la Mona Lisa. Hoy, el Louvre enfrenta una nueva mancha en su historia, mientras los visitantes, como Holly Barker, una testigo estadounidense, aún no pueden creer que presenciaron el mayor robo de arte del siglo XXI.
Fuente:
https://www.nytimes.com/es/2025/10/30/espanol/mundo/robo-louvre-detalles.html?smid=whatsapp-nytes

