Las salas y los pasillos del Museo de la Independencia – Casa del Florero, en todo el centro de Bogotá, fueron el escenario de uno de los hechos más atroces de la historia reciente del país: el traslado, el interrogatorio y la tortura, por parte de miembros del Ejército Nacional, de decenas de personas que habían salido con vida de la Toma y la Retoma del Palacio de Justicia, ocurridas entre el 6 y el 7 de noviembre de 1985.
Aunque los años pasan el recuerdo perdura, pues varias de las personas que sobrevivieron, incluyendo muchos inocentes, terminaron siendo asesinados, enterrados en fosas comunes y desaparecidos para sus familiares y amigos durante décadas que no perdían la esperanza de saber la verdad del paradero de sus seres queridos.
En ese mismo lugar, este mes de noviembre, inició la conmemoración por los 38 años de los sucesos del Palacio de Justicia con la presencia de algunos familiares de las víctimas y del ministro de las Culturas, las Artes y los Saberes, Juan David Correa. Fue un acto de reflexión sobre la memoria, la verdad y la importancia de narrar y mostrar lo que sucedió para que no se olvide y nunca vuelva a repetirse.
Hechos históricos de relevancia
El acto giró en torno a la reapertura de la sala ‘La historia de la casa, la casa en la historia’, en la que el Museo de la Independencia examina algunos de los hechos históricos que han ocurrido en sus instalaciones: el Grito de la Independencia en 1810, los disturbios del Bogotazo en 1948 y la Toma y Retoma del Palacio de Justicia en 1985.

De esta manera, los asistentes podrán disfrutar de tres maquetas que hicieron parte de la exposición “Huellas de Desaparición”, realizada entre la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No repetición y la agencia internacional de investigación Forensic Architecture.
Se trata de una investigación que usó análisis de datos, animaciones en 3D y la construcción de modelos digitales y físicos, así como entornos de realidad virtual, para demostrar lo qué ocurrió con las personas que salieron con vida del Palacio de Justicia y fueron llevados a la Casa del Florero.

“Estos hechos han sido materia de discusión, de demandas y de sentencias internacionales. Por eso hoy yo, como miembro del Estado colombiano y del gobierno del presidente Gustavo Petro, ofrezco disculpas y quiero hacer un acto público de perdón a cada una de las personas que el gobierno de ese momento violentó, ultrajó y ocultó. Una verdad que duró sepultada durante muchos años. Su lucha tiene que ser reconocida y nos empeñaremos en que así sea”, les dijo el ministro de las Culturas a las víctimas.
Para Alejandra Rodríguez Cabrera, hija de Carlos Augusto Rodríguez Vera, administrador de la cafetería del Palacio de Justicia y uno de los desaparecidos, el camino en la búsqueda de sus seres queridos no ha sido fácil. “Nos costó 38 años que se reconociera que en esta Casa del Florero se cometieron torturas por parte del Ejército Colombiano”.

Atentos a la programación de interés
El Museo, de hecho, tiene preparada una agenda de actividades para conmemorar la Toma y la Retoma del Palacio de Justicia durante el mes de noviembre, incluyendo una lectura dramática de ‘La Siempreviva’ de Miguel Torres (7 de noviembre), otro recorrido comentado por los lugares donde sucedieron los hechos en la Casa del Florero (10 de noviembre) y una serie de talleres sobre el duelo, la memoria y la construcción de paz.
Como explica Elvira Pinzón, directora del Museo de la Independencia-Casa del Florero, “durante muchos años no se supo qué había sucedido en esta casa y nuestra misión, como museo, es darlo a conocer y reflexionar sobre eso para que sean hechos que no vuelvan a suceder en nuestra historia”.