Lo que comenzó como un pequeño taller artesanal en el sur del país se ha convertido en una historia de éxito internacional. Mariana Torres, emprendedora colombiana y defensora del cacao fino de aroma, logró posicionar su marca de chocolates en Estados Unidos, Chile, Alemania y Japón, mercados donde el producto nacional ha despertado gran interés por su calidad y origen sostenible.
Torres inició su proyecto hace seis años, luego de recorrer varias zonas cacaoteras del país y conocer de primera mano la dedicación de los productores locales. Con una inversión mínima y un propósito claro —rescatar el valor del cacao colombiano— creó una línea de chocolates premium elaborados con procesos artesanales y trazabilidad desde la finca hasta la barra.
El crecimiento no fue inmediato. La emprendedora participó en ferias, concursos y ruedas de negocios donde su producto comenzó a captar la atención por sus perfiles de sabor y su historia de impacto social. Su marca, que trabaja con asociaciones campesinas de Arauca, Tumaco y Huila, logró certificaciones que abrieron la puerta a mercados exigentes.
“La clave ha sido creer en el cacao colombiano y en las familias que lo cultivan. Cada barra cuenta la historia de un territorio”, afirmó Torres durante la presentación de su nueva línea de exportación.
Actualmente, su empresa proyecta aumentar la producción en un 40 % durante 2025 y abrir mercado en dos países más. Para los cacaoteros aliados, este impulso representa ingresos estables y nuevos acuerdos comerciales a largo plazo.
La historia de Torres se suma a la consolidación del cacao colombiano como un producto estrella en el mercado mundial, reconocido por su aroma, calidad y el trabajo sostenible de las comunidades rurales.
