Para muchas empresas la internacionalización es uno de los grandes retos y sueños y, después de cierto proceso de maduración y estabilidad, algunas encuentran en mercados extranjeros la oportunidad de seguir potencializando sus negocios.
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Es que las compañías ven como opción la expansión cuando logran tener un crecimiento significativo, cuentan con productos con valor agregado o diferencial, requieren aumentar sus ventas o darle manejo a la estabilidad jurídica de sus países de origen.
Lo anterior con el fin de llevar a cabo una ruta que mitigue los posibles riesgos a los cuales se exponen al expandirse en términos legales, de tendencias del mercado, hábitos del consumidor, comportamiento del sector, entre otros elementos.
Pero antes de iniciar esta aventura es importante tener claro el objetivo de la expansión y aprender a identificar a tiempo las señales que indica que llegó el momento de dar este paso.
Empresas, a tener en cuenta
Por tal motivo, esto deben tener en cuenta las compañías para hacerlo: contar con un nivel de madurez y un reconocimiento con crecimientos positivos y constantes de ingresos; tener una base de clientes leales infiere que el servicio que presta la empresa podría tener éxito en otros mercados.
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Así mismo, recibir consultas del exterior a través de redes sociales y otros canales sobre el producto que ofrece la compañía, es otro síntoma que indica que el negocio podría gozar una buena demanda en el extranjero; o gozar de una ventaja competitiva que confirme que la solución que provee la compañía cuenta con características que no son fáciles de encontrar en el mercado que quiere incursionar.
Además, no solo se trata de contar con capital económico, sino también técnico, operativo, comercial y de talento humano, que garanticen que se podrá responder a la demanda y operación en el mercado internacional.
Igualmente, según Aristizábal, saber de comercio exterior pues “esto es clave y permitirá a la empresa dar pasos firmes en su deseo de expandirse; así mismo, le ayudará a entender y a cumplir con todos los requerimientos legales del país de destino y con ellos minimizar todo tipo de riesgos”.
Entre las recomendaciones finales, se plantea la construcción de un plan de acción para la internacionalización, que estratégicamente incluya elementos como el financiero, con su respectivo análisis de costos y precios al cliente final; requerimientos técnicos del producto o servicio y su adaptación de acuerdo con las condiciones del mercado y las características del consumidor.