La economía colombiana enfrenta serios desafíos para empresas y trabajadores. Según datos recientes del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en primer trimestre de 2024 fue del 0,7%.
Se trata de una ligera mejora frente al 0,6% del año anterior, pero aún lejos del 2,7% registrado en el mismo período del año pasado. Esta tasa coloca a Colombia en una situación similar a la de economías en dificultades como Perú y Argentina antes de la llegada de Javier Milei a la presidencia.
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Mientras tanto, otros países de la región mostraron un desempeño mucho más robusto en 2023: Panamá creció un 6,1%, Costa Rica un 4,9%, Paraguay un 4,5% y México un 3,6%, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Esto evidencia un desacoplamiento significativo entre las economías de América Latina y el Caribe, donde algunas prosperan mientras otras luchan por mantenerse a flote.
Problemas de productividad entre empresas y trabajadores
En 2023, la productividad en Colombia decreció un 1,7%, en contraste con un crecimiento poblacional del 0,4%, en relación con empresas y trabajadores. Además, las cifras del primer trimestre de 2024 muestran un aumento en la tasa de desempleo al 11,9%, con un preocupante 15% para las mujeres y un 20% para los jóvenes entre 15 y 28 años.
Estos indicadores apuntan a una economía al borde de la recesión, con un crecimiento impulsado únicamente por el gasto público.
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El déficit fiscal, que el año pasado fue del 4,2% del PIB, alcanzó los 70 billones de pesos, una cifra insostenible. Por otro lado, el financiamiento a través de tasas de interés altas ha llevó a una acumulación de deuda que genera inflación y aumenta los costos de financiamiento para el gobierno, las empresas y los individuos.
Uno de los datos más preocupantes del informe del Dane es la continua caída en la tasa de inversión privada. En 2023, la inversión cayó un 24,8% en comparación con el año anterior, y en el primer trimestre de 2024, cayó otro 13,4%. Este descenso ha llevado la inversión como porcentaje del PIB a un mínimo histórico de 10,5%, muy por debajo del promedio histórico del 21%.
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El sistema tributario colombiano es uno de los menos competitivos entre los países de la OCDE, según el ranking de Tax Foundation de 2023. Colombia ocupa el último lugar debido a impuestos como el de riqueza neta, las transacciones financieras y una de las tasas impositivas sobre la renta corporativa más altas (35%). El IVA cubre menos del 40% del consumo final, lo que refleja serias deficiencias en la política y su aplicación.
Reformas tributarias entre empresas y trabajadores ha sido así
En los últimos 25 años, Colombia ha tenido 15 reformas tributarias, lo que ha creado un sistema complejo e ineficaz entre empresas y trabajadores. Estas reformas suelen satisfacer necesidades de corto plazo y han sido utilizadas como herramientas políticas, permitiendo la corrupción y la evasión fiscal por parte de los más ricos.
Para las empresas y los ciudadanos colombianos, el sistema tributario se ha vuelto un laberinto inviable, dificultando la planificación a largo plazo y el cumplimiento de las obligaciones fiscales. Las elevadas tasas impositivas han llevado a la emigración de más de 70.000 colombianos de altos ingresos, quienes han llevado sus inversiones al exterior, afectando negativamente la economía local.
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La situación económica y fiscal de Colombia es preocupante. Por otro lado, la combinación de una economía estancada, un alto desempleo y un sistema tributario opresivo ha creado un ambiente difícil para el crecimiento y la inversión.
Las perspectivas para 2024 no son alentadoras, con un posible nuevo déficit en el recaudo tributario y la continua fuga de capital y talento. Colombia necesita urgentemente una reforma estructural que simplifique el sistema tributario, promueva la inversión y garantice la eficiencia y transparencia en el uso de los recursos públicos.