Jhosman Arley Cárdenas desde el día del crimen aseguraba que el niño se había caído por las escaleras, pero la investigación confirmó que él lo había golpeado salvajemente.
Un juez encontró culpable al padre de familia que asesinó a su hijastro el pasado 22 de julio, día en que el menor ingresó a un centro médico de Cúcuta en condiciones críticas de salud, que originaron su fallecimiento.
Aunque los familiares lamentaban la trágica muerte en medio de lo que consideraban un descuido, los investigadores notaron que los gestos y el testimonio de Jhosman Arley Cárdenas Pérez, padrastro del menor, presentaba inconsistencias y lo relacionaron con el homicidio.
Tiempo después se conoció el dictamen del Instituto Nacional de Medicina Legal, que determinó que la muerte del menor se produjo por múltiples lesiones en su cuerpo por golpes sistemáticos y con un objeto contundente.
Según los procedimientos de policía judicial como inspección al lugar de los hechos y la utilización de luces forenses permitieron establecer que las agresiones contra el niño tuvieron lugar en la casa donde residía con su madre y el padrastro entre el 18 y el 22 de julio.
La Fiscalía con la ayuda de las unidades del CTI y en articulación con la SIJIN, se trasladaron hasta la comuna 6 de Cúcuta para capturar al padrastro del menor y llevarlo ante un juez para responder por los delitos de homicidio agravado, tortura agravada y violencia intrafamiliar agravada.
Dado lo anterior, un juez con función de control de garantías de Cúcuta dictó medida de aseguramiento privativa de la libertad en un centro de reclusión de máxima seguridad. El hombre no aceptó los cargos apresar de la contundencia de las pruebas.
La madre del menor comentó, que esta persona golpeaba de manera constante al bebé al parecer porque no aguantaba escuchar los llantos del niño. Es de recalcar que nunca se interpuso denuncio alguno contra esta persona por temor a represarías en contra de ella o alguno de su familia.