Novak Djokovic ha demostrado una vez más porque ocupa el primer lugar del ranking mundial. El serbio doblegó en la final a Jannik Sinner (6-3, 6-3) para sumar su séptima corona de Maestro. A sus 36 años y medio es el más veterano en lograrlo, aumentando el techo que él mismo sentó en 2022.
Djokovic celebró hace unos días en Turín acabar el año como número uno. Será su octava vez. Otro registro absolutamente demoledor. Se aseguró sumar más de 400 semanas estando en lo más alto del ranking, aunque la meta para él era volver de Italia con las ATP Finals bajo el brazo. Lo ha logrado, aunque Sinner estuvo muy cerca de impedírselo. No hoy, sino el viernes. Si el italiano, ya clasificado, hubiese perdido contra Rune, ambos pasaban y Djokovic quedaba fuera.
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Ganar a ‘Nole’ no es tarea fácil y el tenista crecido en Italia lo sabía. De hecho, el miércoles lo logró en la fase de grupos, lo que abrió la puerta a esa posible eliminación del de Belgrado que nunca se produjo. Entonces Sinner salió vencedor en una guerra de más de tres horas (7-5, 6-7(5), 7-6(2)) en un partido que nada se pareció al de la final. Tanto, que en poco más de media hora Novak ya había sumado el primer set al tanteador, expresó Sport.
Muy firme con el servicio, solo concedió dos puntos. Sus turnos de saque volaban y los de Sinner se alargaban. No estaba fino el italiano, que en el cuarto juego encajó el primer ‘break’ que podría haber evitado. Con 40-40 le cantaron larga una bola que sí había tocado línea. No la pidió y su posterior golpeo al carril de dobles culminó el desastre. Muy desdibujado, el transalpino iba sobreviviendo apoyándose sobre su servicio, pero sin inquietar al resto, Djokovic se apuntó fácil la manga por 6-3.
Nada cambió en el paso por la silla. Perdió los primeros ocho puntos Sinner y se vio con un 2-0 en contra y rotura en contra. Y eso que con 0-30 en su primer turno de saque paró el punto para atreverse a solicitar el ojo de halcón. También se equivocó al hacerlo, porque era buena.
Pocos intercambios largos hubo y menos aún que cayeran a favor de Sinner, que tuvo una gran oportunidad de volver a meterse en la final cuando con 2-3 se encontró con un 15-40 a favor. Djokovic, de nuevo tirando con su saque, no le dejó y mantuvo su renta de dos juegos. Acusó el bajón Sinner, que casi entrega por completo el partido a renglón seguido.
Sacó el orgullo que le quedaba para salvar dos bolas de rotura en el juego más largo del partido, pero solo alargó el trágico final. No aprovechó tampoco un 0-30 a su favor con 3-4 y el broche del partido escenificó el mal día de Jannik: doble falta y título para Novak.