
La influencer venezolana Isabella Ladera rompió el silencio tras la filtración de un video íntimo que circula en redes sociales y que, según ella, solo estaba destinado a su expareja, el cantante colombiano Beéle.
En declaraciones públicas, Ladera aseguró que fue el propio artista quien hizo público el material sin su consentimiento, lo que le ha provocado un fuerte impacto emocional y una ola de acoso digital.
“Esto no fue un accidente, fue una traición. Me expuso sin pensar en las consecuencias para mí ni para mi familia”, dijo la creadora de contenido, visiblemente afectada.
Una denuncia que genera debate
El caso ha desatado un intenso debate en redes sociales sobre la privacidad digital y el derecho de las mujeres a proteger su intimidad. Ladera enfatizó que más allá de su vida pública como influencer, tiene derecho a que sus relaciones privadas no sean utilizadas en su contra.
“Ser figura pública no significa perder mi dignidad ni el derecho a la privacidad”, afirmó.
La respuesta de Beéle
Hasta el momento, Beéle no ha emitido un comunicado oficial desmintiendo o confirmando las acusaciones. Sin embargo, su equipo de trabajo señaló de manera breve que el cantante “prefiere no dar declaraciones hasta que se aclare la situación”.
La ausencia de una respuesta contundente ha incrementado las críticas hacia el artista en plataformas como X (antes Twitter), donde los usuarios han exigido que se tomen acciones legales.
Consecuencias legales
Expertos en derecho digital han señalado que, de confirmarse la acusación, el caso podría constituir un delito de divulgación no autorizada de material íntimo. En varios países de Latinoamérica —incluyendo Colombia y Venezuela— estas acciones pueden acarrear sanciones penales y demandas civiles.
“Este tipo de casos ya no pueden ser tratados como simples chismes de farándula. Estamos hablando de violencia digital”, señaló una abogada consultada en medios locales.
Una batalla por la dignidad
Isabella Ladera cerró su mensaje enviando un llamado a sus seguidores: “Quiero que entiendan que no es un chisme, es un crimen. No voy a quedarme callada, voy a defender mi dignidad y la de todas las mujeres que han pasado por lo mismo”.
